tag:blogger.com,1999:blog-24390180849599612182024-03-13T09:52:31.079+01:00LAS MUSAS DEL PARNASOlas musashttp://www.blogger.com/profile/10420120013341537993noreply@blogger.comBlogger8125tag:blogger.com,1999:blog-2439018084959961218.post-81165138301103337012010-08-15T14:38:00.003+02:002010-08-15T14:40:11.998+02:00DICCIONARIO DEL PARNASO (en clave de humor)<a href="http://diccionarioparmasiano.blogspot.com/" target="_blank"><img src="http://img59.imageshack.us/img59/8755/dicc.jpg" />El D.R.A.P. (Diccionario de la Real Academia del Parnaso) es una publicación<br />inédita, cuya 1ª edicción "virtual y única" está dirigida y pensada para el amplio<br />público cibernético con ganas de "jugar" con las palabras desde el humor.<br />Por tanto , quiere ofrecer una visión" humorística y coloquial " de aquellas palabras<br />que nos permitirán "elaborar" un lenguaje propio del Parnaso y establecer, así, un<br />puente de comunicación entre todos los musos y musas (o medusos y medusas en<br />parnasiano). </a>las musashttp://www.blogger.com/profile/10420120013341537993noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2439018084959961218.post-59640763050271013212010-04-26T22:45:00.008+02:002010-05-02T22:44:55.577+02:00JORNADA POÉTICA DE GIOCONDA BELLI. Sábado 1 de Mayo 2010<div align="center"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEif0Iz7_1bkkCvZI1Xrt3F92xcSGbRL6ywTlqMtb-CniqnMkBNpqRAD65I9Z4GZSxJ4kbxpm_vMaaGtyV6WvZHzyHj04q0sl9dTzJsOBlZcBgoVkPfoenIHIJ7ndR0rfwMt8FdcKP8psaA/s1600/belli.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5466697334213930306" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 273px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEif0Iz7_1bkkCvZI1Xrt3F92xcSGbRL6ywTlqMtb-CniqnMkBNpqRAD65I9Z4GZSxJ4kbxpm_vMaaGtyV6WvZHzyHj04q0sl9dTzJsOBlZcBgoVkPfoenIHIJ7ndR0rfwMt8FdcKP8psaA/s400/belli.jpg" border="0" /></a><br /><br /><span style="color:#ffff33;"><strong>GIOCONDA BELLI :<br /> <br />UNA MUSA REVOLUCIONARIA EN EL PARNASO</strong> .<br /></span><br /><strong><span style="color:#ffffcc;">Supongamos ,sólo supongamos que Belli ,en este caso , proviniera del latín<br />Bellum -i ,neutro de la segunda declinación . Esto que no resulta nada erudito<br />nos permitiría jugar con el significado de " Belli " : es decir " de la guerra " ,<br />un genitivo del singular para una mujer cuando menos singular ...<br /> <br />Decir Gioconda Belli , es decir guerrera , mujer belicosa , beligerante<br />comprometida con una multitud de mujeres , sobre todo con aquellas<br />que sienten , se emocionan y conmocionan con el amor y sus alrededo_<br />res : la pasión , la seducción , el encuentro y el desencuentro , " el mar-<br />amor que nos transmuda y metamorfosea ", hasta el desamor que cae como un<br />pesado telón dejando el escenario de la vida deshabitado , vacío de soles .<br />Es decir belleza , la que se le supone al valor del compromiso con los otros :<br />hombres y mujeres q soportan y sufren injusticias , desilgualdades sociales ,<br />la belleza del valor para enfrentarse incluso a cualquier tipo de gobierno autoritario ,<br />impositivo o dictatorial . De todo ello queda constancia en su historia personal y en la de<br />su propio país donde luchó contra Somoza defendiendo los postulados sandinistas ,<br />llegando incluso a ocupar cargos políticos dentro del nuevo gobierno revolucionario .<br />Nace en 1948 en Managua - Nicaragua , escritora de reconocido prestigio y muy<br />popular . Comienza a escribir poesía , siendo premiada , muy rponto , por sus poemas .<br />Autora también de narrativa , en la q destaca su exitosa novela , La mujer habitada ( 1988 ) .<br />Entre sus libros de poesía cabe destacar : Linea de fuego (1978 ) , entre 1982<br />y 1987 escribe Truenos y Arco iris , Amor insurrecto y De la costilla de Eva .<br />Su poesía considerada revolucionaria por su manera de abordar el cuerpo y l a<br />sensualidad femenina , causó un gran revuelo , su libro Sobre la grama ganó en 1972<br />uno de los premios más pretigiosos en su país en esos años , el Premio Mariano Fiallos<br />Gil de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua .<br />En los últimos años alterna su tiempo entre EEUU y Nicaragua . De su producción literaria<br />más reciente , se debe reseñar una publicación breve q se edita en el año 2003 :<br />Mi íntima multitud , con este libro gana el V Premio Internacional de Poesía " Generación<br />del 27 " ( 2003 ) y en el año 2008 , publica su última novela El infinito en la palma de la mano ,<br />que recibe dos prestigiosos premios .<br />De este modo hemos querido presentar a Gioconda Belli , hija , esposa , madre de cuatro hijos<br />y MUJER sobre todas las cosas porque así " la hizo Dios " y en su compañía trataremos de<br />descubrir nuestro " Waslala " , ese paraíso utópico a través de sus versos más posibles .</span></strong><br /><br /><strong><span style="color:#cc33cc;">Amanda, Merche y Salma, 2010</span></strong>.<br /><br /><strong><span style="color:#ffff33;">YO SOY TU INDÓMITA GACELA </span></strong></div><strong><span style="color:#ffff33;"><div align="center"><br /><span style="color:#ffffcc;">Yo soy tu indómita gacela,<br />el trueno que rompe la luz sobre tu pecho<br />Yo soy el viento desatado en la montaña<br />y el fulgor concentrado del fuego del ocote.<br />Yo caliento tus noches,<br />encendiendo volcanes en mis manos,<br />mojándote los ojos con el humo de mis cráteres.<br />Yo he llegado hasta vos vestida de lluvia y de recuerdo,<br />riendo la risa inmutable de los años.<br />Yo soy el inexplorado camino,<br />la claridad que rompe la tiniebla.<br />Yo pongo estrellas entre tu piel y la mía<br />y te recorro entero,<br />sendero tras sendero,<br />descalzando mi amor,<br />desnudando mi miedo.<br />Yo soy un nombre que canta y te enamora<br />desde el otro lado de la luna,<br />soy la prolongación de tu sonrisa y tu cuerpo.<br />Yo soy algo que crece,<br />algo que ríe y llora.<br />Yo,<br />la que te quiere<br /></span><br />ESTA NOSTALGIA </div><div align="center"><br /><span style="color:#ffffcc;">Este sueño que vivo,<br />esta nostalgia con nombre y apellido,<br />este huracán encerrado tambaleando mis huesos,<br />lamentando su paso por mi sangre...<br />No puedo abandonar el tiempo y sus rincones,<br />el valle de mis días<br />está lleno de sombras innombrables,<br />voy a la soledad como alma en pena,<br />desacatada de todas las razones,<br />heroína de batallas perdidas,<br />de cántaros sin agua.<br />Me hundo en el cuerpo,<br />me desangro en las venas,<br />me bato contra el viento,<br />contra la piel que untada está a la mía.<br />Qué haré con mi castillo de fantasmas,<br />las estrellas fugaces que me cercan<br />mientras el sol deslumbra<br />y no puedo mirar más que su disco<br />-redondo y amarillo-<br />la estela de su oro lamiéndome las manos,<br />surcándome las noches,<br />desviviéndome,<br />haciéndome desastres...<br />Me entregaré a los huracanes<br />para pasar de lejos por esa luz ardiendo.<br />Estoy muriéndome de frío.</span><br /><br />EVOCACIÓN LLUVIOSA<br /><br /><span style="color:#ffffcc;">Me pregunto cómo puedo reírme entre tanta tristeza, entre tanta flor mojada y asfalto brillante y lavadito de lluvia. Me pregunto cómo puedo sentir esta sensación de triunfo cuando la derrota de no tenerte es un hecho y tus manos están lejos de mis manos y las gotas que voy lavando, chupando de tu cara con mis besos no son más que imaginación, que este deseo de rescatar del territorio del recuerdo las cosas que sentía cuando vos eras de carne y hueso y no esa figura lejana acariciada por mis pensamientos.<br /><br />Sin embargo, esta noche brillante, te siento lleno de mí en la lejanía, lleno de mi sudor, mi saliva, del olor de mi piel. Te siento cantando y siento tu amor sobre las nubes que me mojan, envolviéndome con su calorcito, su música y siento tu mirada luminosa transparente, atravesando mis ojos con su color de hierba, de mar de cosas lindas y sos mi amor, mi sábana, mi cama, mi almohada, mi cuaderno, mi pluma, sos tan real como estas ganas de reírme que tengo por sentirte tan cerca, por tenerte, por no tenerte, por haberte tenido, por hoy, por mañana por todos los días.</span><br /><br /><br />HUELGA<br /><br /><span style="color:#ffffcc;">Quiero una huelga donde vayamos todos.<br />Una huelga de brazos, piernas, de cabellos,<br />una huelga naciendo en cada cuerpo.<br /><br />Quiero una huelga<br />de obreros de palomas<br />de choferes de flores<br />de técnicos de niños<br />de médicos de mujeres.<br /><br />Quiero una huelga grande,<br />que hasta el amor alcance.<br />Una huelga donde todo se detenga,<br />el reloj las fábricas<br />el plantel los colegios<br />el bus los hospitales<br />la carretera los puertos.<br /></span><br /><span style="color:#ffffcc;">Una huelga de ojos, de manos y de besos.<br />Una huelga donde respirar no sea permitido,<br />una huelga donde nazca el silencio<br />para oír los pasos del tirano que se marcha<br /></span><br />SOÑANDO CON LA LÁMPARA DE ALADINO<br /><br /><span style="color:#ffffcc;">Siento que me voy a morir<br />de pensarte y quererte,<br />genio maravilloso:<br />¿donde estará mi lampara de aceite,<br />donde el poder para frotarla y hacerte surgir<br />en medio de mi<br />armado de truenos y arcoiris?<br />¿donde la mágica evocación,<br />el ciclón que borre mis palabras malditas,<br />el tiempo interpuso entre nuestras sombras?<br />Froto mi corazón<br />para traerte entero hacia mí,<br />así tal como sos,<br />como te amo,<br />con todas tus queridas palabras<br />tus rabias, tus silencios inquietantes,<br />la dulzura que descubrí<br />como inagotable panal de miel<br />para empalagarme y llorar de alegría<br />contra tu sombra dormida<br />en la almohada de la noche.<br /><br />Amor redondo y definitivo como la curva del mundo,<br />no abandones mi playa de veleros y naufragios,<br />ni las caracolas sonoras gritando esta pasión,<br />esta ternura como lengua larga sobre la arena,<br />brinca el erizo que quiso estorbar<br />la construcción de nuestra casa de algas marinas;<br />vos, amor, que has conocido de pantanos<br />y selvas y muertes,<br />no devolvás tus pasos<br /></span><br />COMO TINAJA<br /><br /><span style="color:#ffffcc;">En los días buenos,<br />de lluvia,<br />los días en que nos quisimos<br />totalmente,<br />en que nos fuimos abriendo<br />el uno al otro<br />como cuevas secretas;<br />en esos días, amor<br />mi cuerpo como tinaja<br />recogió toda el agua tierna<br />que derramaste sobre mí<br />y ahora,<br />en estos días secos<br />en que tu ausencia duele<br />y agrieta la piel,<br />el agua sale de mis ojos<br />llena de tu recuerdo<br />a refrescar la aridez de mi cuerpo<br />tan vacío y tan lleno de vos.</span><br /><br />ESCRIBIRTE<br /><br /><span style="color:#ffffcc;">Escribir, escribirte, dibujarte. Llenarte el pelo de todas las<br />Palabras detenidas, colgadas en el aire, en el tiempo,<br />en aquella rama llena de flores amarillas del cortés cuya<br />belleza me pone los pelos de punta cuando vengo bajando<br />sola, por la carretera, pensando. Definir el misterio, el momento preciso del descubrimiento, el amor, esta<br />sensación de aire comprimido dentro del cuerpo curvo, la<br />explosiva felicidad que me saca las lágrima y me colorea<br />los ojos, la piel, los dientes, mientras voy volviéndome<br />flor, enredadera, castillo, poema, entre tus manos que me<br />acarician y me van deshojando, sacándome las palabras,<br />volteándome de adentro para afuera, chorreando mi pasado,<br />mi infancia de recuerdos felices, de sueños,<br />de mar reventando contra los años, cada vez más hermoso<br />y más grande, más grande y más hermoso.<br /><br />Cómo puedo agarrar la ilusión, empuñarla en la mano y<br />Soltártela en la cara como una paloma feliz que saliera a<br />Descubrir la tierra después del diluvio;<br />descubrirte hasta en los reflejos más ignorados,<br />irte absorbiendo lentamente, como un secante, perdiéndome,<br />perdiéndonos los dos, en la mañana en la que hicimos el amor<br />con todo el sueño, el olor, el sudor de la noche<br />salada en nuestros cuerpos, untándonos el amor,<br />chorreándolo en el piso en grandes olas inmensas,<br />buceando en el amor, duchándonos con el amor<br />que nos sobra.<br /></span><br /><br />ESPEJISMOS DE LA VELOCIDAD<br /><br /><span style="color:#ffffcc;">Crucé el atlántico ayer.<br />once horas de mi vida<br />entregadas al aire<br />al apretujamiento del avión<br />atestado de trshumantes modernos<br />cada uno enclaustrado en si mismo.<br /><br />Espacio promiscuo el de la cabina.<br />Brazos y piernas que se rozan<br />accidentalmente. Maletas de a bordo<br />que revelan objetos íntimos.<br />Comer, dormir uno al lado del otro,<br />calores, olores, aliento de vecindario efímero<br />tribu qeu cruza el mar adormilada<br />lista para descender aprisa<br />y olvidar la pasajera intimidad.<br /><br />En las inevitables disgresiones<br />del vuelo trasatlántico<br />cuando la luz tenue y las turbinas<br />silencian a los viajantes<br />pienso en barcos y diligencias,<br />trenes incansables.<br />Pienso en los días y semanas que tomaba<br />ir de un pais a otro.<br />En la geografía revelada<br />la comprobación material de la distancia:<br />días y noches de aguas irascibles, de de caballos exhaustos,<br />de cocheros roncos y malhumorados.<br />Los paisajes desfilandopor las ventanas,<br />la acumulación de atardeceres.<br /><br />Tiempo para que el cuerpo reconociera al tiempo<br />y no esta celeridad<br />que me ha permitido desayunar en Madrid<br />y cenar en Los Ángeles.<br /><br />¿Dónde estuve si es que estuve?<br />¿Que reales fronteras atravesé?<br />Me pregunto si es verdadera la ausencia,<br />si partir o llegar es un engaño.<br />O si es que el viejo Calderón acertó<br />y la vida es nada más este soñar,<br />este creer que uno llega volando<br />a donde va.<br /></span><br />PROYECTO DE CANCIÓN </div><div align="center"><br /><span style="color:#ffffcc;">Yo mujer de la luna<br />te convoco a besarme<br />te convoco a los cráteres<br />de mi geografía<br />ven<br />desnuda tus temores<br />apacienta rebaños<br />en mis colinas.<br />Yo mujer de la tierra<br />te convoco a un amor de signo nuevo<br />un amor vegetal de mil semillas<br />alto sólido tronco de los arboles<br />ven<br />despertemos del barro<br />te invito al aire de mis nuevas alas<br />invádeme de frutos<br />Yo mujer vientre de sol<br />te convoco a la luz<br />a juntarte conmigo al mediodía<br />ninguna sombra entre nosotros medie<br />ven<br />álzate conmigo en este viaje hasta el zenit<br />ven y mírame<br />desde la misma altura.<br />Juntos apaciguaremos la muerte<br />juntos enterneceremos las piedras<br />juntos abriremos el mar<br />nos tomaremos la tierra prometida<br />incendiaremos el rostro de los siglos.</span><br /><br />QUIERO ESCRIBIR UN NIÑO </div><div align="center"><br /><span style="color:#ffffcc;">Quiero escribir un niño<br />con grandes ojos como semillas,<br />pelo color maíz,<br />dulce sonrisa de níspero.<br /><br />Quiero escribir un niño,<br />hacerlo con palabras<br />en el idioma de su placenta hecha de mar,<br />de viento,<br />de sacuanjoches olorosos.<br /><br />Quiero escribir un verde niño poeta,<br />un moreno cantor que inunde el mundo con sonrisas,<br />niño mesías del mensaje vital de la naturaleza<br />que sea Mayo eterno, floreciente<br />en una tierra nueva<br />de juguete... </span></div><span style="color:#ffffcc;"><div align="center"><br /></span>MANUSCRITO </div><div align="center"><br /><span style="color:#ffffcc;">Voy a escribir la historia de mi cuerpo entre tus manos. Me fue<br />Naciendo como una nueva muda de culebra. Floreció bajo el sol<br />Y se llenó de begonias, bromelias y cometas ante tus ojos<br />y mis ojos asombrados. Mi cuerpo, cuando lo cercan tus brazos,<br />se convierte en caballo, en yegua y sale a galopar por el placer de un beso.<br />Se llena de hiedra para escalar las paredes de tu corazón y<br />cubrirlo de susurros nacidos desde la misma entraña de la tierra.<br />Mi cuerpo con todos sus resquicios impredecibles,<br />rasga la noche con su cantar de guitarra del monte y<br />enciende la oscuridad con su brillo de luciérnaga.<br />Se pierde en vos con el abandono de un niño y<br />abre sus ventanas de par en par para recibir la honda caricia,<br />el pensamiento convertido en libélula alada.<br />Mi cuerpo se vuelve planeta inexplorado donde posa el tuyo<br />su navío del espacio; tiembla con la energía de un nuevo<br />continente que se formó después de cataclismos sin nombre y<br />sin historia.<br />Mi cuerpo desde siempre parece haberte querido,<br />haberte estado esperando.<br />Se ha revelado desnudándose como una cueva que necesitara de<br />Tu palabra para abrir su secreto ante la magia de tu sonrisa,<br />De tu cercanía, ante vos que te sabías la combinación oculta<br />Desde antes de tener memoria.<br /></span><br /><br />NOS CASAREMOS EN INVIERNO </div><div align="center"><br /><span style="color:#ffffcc;">Nos casaremos ahora que llueve a carcajadas.<br />Vos y yo y la tierra celebraremos juntos<br />el verdor de los cuerpos,<br />el sexo de las flores,<br />el polen de la risa<br />y todas las estrellas<br />que vienen confundidas<br />en la gota de lluvia.<br />Pondremos inviernos en el amor<br />para verlo crecer<br />al ritmo de las plantas.<br />Uniremos las nubes<br />para formar el trueno,<br />uniremos la tierra con el agua.<br />Nos casaremos con el cielo cerrado,<br />cuando suenen los techos<br />como ametralladoras<br />y el canto de las ranas<br />suba desde el jardín<br />junto con un cortejo de hormigas voladoras.<br />Nos casaremos sin sombrillas, amor,<br />con la cabeza descubierta,<br />en un patio mojado,<br />oloroso de tierra,<br />sin otra sed más que la del uno por el otro,<br />con la ropa empapada,<br />juntando nuestros quehaceres<br />para que se venga el temporal<br />que lo va a lavar todo,<br />como la lluvia, amor, de cuando nos casemos.</span> </div><div align="center"><br />MUJER DE HUMO </div><div align="center"><br /><span style="color:#ffffcc;">Soy una mujer de humo.<br /><br />A media noche<br />Mi cuerpo es una espiral gris<br />Que se deshace en el aire<br /><br />En mi estómago se almacenan las emociones<br />Con que el día me ha alimentado<br />La sensación de que en algún momento me perdí<br /><br />Y ahora paso el tiempo<br />Intentando juntar trozos de mí<br />Muestro al mundo una identidad<br />Que cada día debo inventar<br />Piso las horas y las cortinas del sol<br />Con pasos firmes<br /><br />Pero soy un amasijo de confusines<br />¿Quién es esa extraña que habito<br />en habitaciones cómodas y sosegadas?<br />¿De qué miedos me evado pretendiendo que vivo<br /><br />Luciendo apenas la vida sobre los hombros<br />Como una cobija para ocultarme de la muerte?<br />¡Sírvame vino!<br />Aparten de mi esas certezas mortíferas<br />Que me cercan como carceleros fantasmas </span></div><span style="color:#ffffcc;"><div align="center"><br /></span>CONJUROS DE LA MEMORIA<br /><br /><span style="color:#ffffcc;">No sé si un sol desmedido y burlón<br />me atravesará de punta a punta<br />cuando salten de mi pecho todos los gritos guardados<br />cuando se rompan las oscuridades<br />de mi perfecta catedral secreta<br />con el sostenido sonido del órgano medieval<br />ululando su voz de parto,<br />su alarido de queja y de tristeza.<br /><br />Estoy como nací-desnuda-<br />mojada de lágrimas con el pelo chorreándome nostalgia<br />y un cansancio vetusto acomodado en mis huesos<br />y mientras me dejo ir en el humo,<br />viene su mano y me sostiene<br />y me levanta y me hace tronar de júbilo,<br />me zarandea las ganas de vivir,<br />me dice verde con ojos de monte<br />azul con el pelo espumoso de mar<br />estrella con las uñas brillantes<br />viento y sopla mi angustia y la desperdiga<br />y me hace nadar en el aire, retozar en los arroyos,<br />romper los relojes del tiempo,<br />borrar la huella de mis pequeños pecados<br />vueltos trascendentes por los oscuros designios<br />de su otro yo iracundo hermano de este duende iluminado<br />que me persigue en el sueño<br />en el que corro huyendo, siguiéndole yo a mi vez<br />juego de gato y ratón hasta que viene la lluvia<br />y la risa y volvemos a ser amantes helechos hojas atrapadas<br />en las correntadas de mayo y todo vuelve a empezar<br />cuando cruzamos lavados y nuevos<br />el umbral del paraíso.</span><br /><br />Y DIOS ME HIZO MUJER<br /><br /><span style="color:#ffffcc;">Y Dios me hizo mujer,<br />de pelo largo,<br />ojos, nariz y boca de mujer.<br />Con curvas<br />y pliegues<br />y suaves hondonadas<br />y me cavó por dentro,<br />me hizo un taller de seres humanos.<br />Tejió delicadamente mis nervios<br />y balanceó con cuidado<br />el número de mis hormonas.<br />Compuso mi sangre<br />y me inyectó con ella<br />para que irrigara<br />todo mi cuerpo;<br />nacieron así las ideas,<br />los sueños,<br />el instinto.<br />Todo lo creó suavemente<br />a martillazos de soplidos<br />y taladrazos de amor,<br />las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días<br />por las que me levanto orgullosa<br />todas las mañanas<br />y bendigo mi sexo<br /></span><br />GOZOS CIBERNÉTICOS </div><div align="center"><br /><span style="color:#ffffcc;">Aquí estoy: venada sobre el pasto azul.<br />Los horizontes son planos luminosos<br />por los que cursan ríos secretos<br />arroyuelos por donde corren inquietas descargas eléctricas<br />-cifras digitales preñadas de cotidianos pensamientos.<br />Podemos hablar. Zambullirnos en formas geométricas.<br />Traspasar a conductores minúsculos el gesto de la risa,<br />acariciar las ideas en su incesante movimiento.<br />En el misterio interior de la máquina<br />imagino una ciudad donde soy oráculo y diosa,<br />principio y fin. Donde la electricidad fluye con mi deseo de vivir<br />y el ordenador es el puerto hacia el espacio<br />donde mi cuerpo es el palpitar del cursor<br />que se agita imitando la frecuencia de mi aliento.<br />Nunca antes<br />sobre el pasto azul<br />han podido ser los venados tan juguetones,<br />dúctiles, ubicuos.<br />Y nunca fue tan cierta la misteriosa frase de la creación:<br />En el principio era el Verbo.<br />Mi palabra te lleva y te trae. En el misterio del uno y del cero,<br />danzo para vos<br />este canto de gozo cibernético</span>.<br /><br />AMOR DE FRUTAS </div><div align="center"><br /><span style="color:#ffffcc;">Déjame que esparza<br />manzanas en tu sexo<br />néctares de mango<br />carne de fresas;<br />Tu cuerpo son todas las frutas.<br />Te abrazo y corren las mandarinas;<br />te beso y todas las uvas sueltan<br />el vino oculto de su corazón<br />sobre mi boca.<br />Mi lengua siente en tus brazos<br />el zumo dulce de las naranjas<br />y en tus piernas el promegranate<br />esconde sus semillas incitantes.<br />Déjame que coseche los frutos de agua<br />que sudan en tus poros:<br />Mi hombre de limones y duraznos,<br />dame a beber fuentes de melocotones y bananos<br />racimos de cerezas.<br />Tu cuerpo es el paraíso perdido<br />del que nunca jamás ningún Dios<br />podrá expulsarme.<br /></span><br />AMO A LOS HOMBRES Y LES CANTO<br /><br /><span style="color:#ffffcc;">Amo a los hombres<br />y les canto.<br /><br />Amo a los jóvenes<br />desafiantes jinetes del aire,<br />pobladores de pasillos en las Universidades,<br />rebeldes, inconformes, planeadores de mundos diferentes.<br />Amo a los obreros,<br />esos sudorosos gigantes morenos<br />que salen de madrugada a construir ciudades.<br />Amo a los carpinteros<br />que reconocen a la madera como a su mujer<br />y saben hacerla a su modo.<br />Amo a los campesinos<br />que no tienen más tractor que su brazo<br />que rompen el vientre de la tierra y la poseen.<br />Amo, compasiva y tristemente, a los complicados<br />hombres de negocios<br />que han convertido su hombría en una sanguinaria<br />máquina de sumar<br />y han dejado los pensamientos más profundos, los<br />sentimientos más nobles<br />por cálculos y métodos de explotación.<br /><br />Amo a los poetas -bellos ángeles lanzallamas-<br />que inventan nuevos mundos desde la palabra<br />y que dan a la risa y al vino su justa y proverbial importancia.<br />que conocen la trascendencia de una conversación<br />tranquila bajo los árboles,<br />a esos poetas vitales que sufren las lágrimas y van<br />y dejan todo y mueren<br />para que nazcan hombres con la frente alta.<br />Amo a los pintores -hombres colores-<br />que guardan su hermosura para nuestros ojos<br />y a los que pintan el horror y el hambre<br />para que no se nos olvide.<br />Amo a los solitarios pensadores<br />los que existen más allá del amor y de la comprensión sencilla<br />los que se hunden en titánicas averiguaciones<br />y se atormentan día y noche ante lo absurdo de las respuestas.<br /><br />A todos amo con un amor de mujer, de madre, de hermana,<br />con un amor que es más grande que yo toda,<br />que me supera y me envuelve como un océano<br />donde todo el misterio se resuelve en espuma...<br /><br />Amo a las mujeres desde su piel que es la mía.<br />A la que se rebela y forcejea con la pluma y la voz desenvainadas,<br />a la que se levanta de noche a ver a su hijo que llora,<br />a la que llora por un niño que se ha dormido para siempre,<br />a la que lucha enardecida en las montañas,<br />a la que trabaja -mal pagada- en la ciudad,<br />a la que gorda y contenta canta cuando echa tortillas<br />en la pancita caliente del comal,<br />a la que camina con el peso de un ser en su vientre<br />enorme y fecundo.<br />A todas las amo y me felicito por ser de su especie.<br />Me felicito por estar con hombres y mujeres<br />aquí bajo este cielo, sobre esta tierra tropical y fértil,<br />ondulante y cubierta de hierba.<br />Me felicito por ser y por haber nacido,<br />por mis pulmones que me llevan y me traen el aire,<br />porque cuando respiro siento que el mundo todo entra en mí<br />y sale con algo mío,<br />por estos poemas que escribo y lanzo al viento<br />para alegría de los pájaros,<br />por todo lo que soy y rompe el aire a mi paso,<br />por las flores que se mecen en los caminos<br />y los pensamientos que, desenfrenados, alborotan en las cabezas,<br />por los llantos y las rebeliones.<br />Me felicito porque soy parte de una nueva época<br />porque he comprendido la importancia que tiene mi existencia,<br />la importancia que tiene tu existencia, la de todos,<br />la vitalidad de mi mano unida a otras manos,<br />de mi canto unido a otros cantos.<br />Porque he comprendido mi misión de ser creador,<br />de alfarera de mi tiempo que es el tiempo nuestro,<br />quiero irme a la calle y a los campos,<br />a las mansiones y a las chozas<br />a sacudir a los tibios y haraganes,<br />a los que reniegan de la vida y de los malos negocios,<br />a los que dejan de ver el sol para cuadrar balances,<br />a los incrédulos, a los desamparados, a los que han<br />perdido la esperanza,<br />a los que ríen y cantan y hablan con optimismo;<br />quiero traerlos a todos hacia la madrugada,<br />traerlos a ver la vida que pasa<br />con una hermosura dolorosa y desafiante,<br />la vida que nos espera detrás de cada atardecer<br />-último testimonio de un día que se va para siempre,<br />que sale del tiempo y que nunca volverá a repetirse-.<br />Quiero atraer a todos hacia el abrazo de una alegría que comienza,<br />de un Universo que espera que rompamos sus puertas<br />con la energía de nuestra marcha incontenible.<br />Quiero llevaros a recorrer los caminos<br />por donde avanza -inexorable- la Historia.<br />Porque los amo quiero llevarlos de frente a la nueva mañana,<br />mañana lavada de pesar que habremos construido todos.<br /><br />Vámonos y que nadie se quede a la zaga,<br />que nadie perezoso, amedrentado, tibio, habite la faz de la tierra<br />para que este amor tenga la fuerza de los terremotos,<br />de los maremotos,<br />de los ciclones, de los huracanes<br />y todo lo que nos aprisione vuele convertido en desecho<br />mientras hombres y mujeres nuevos<br />van naciendo erguidos<br />luminosos<br />como volcanes...<br /><br />Vámonos<br />Vámonos<br />Vámonoooos!!!<br /></span><br />COMO GATA PANZA ARRIBA<br /><br /><span style="color:#ffffcc;">Te quiero como gata boca arriba,<br />panza arriba te quiero,<br />maullando a través de tu mirada,<br />de este amor-jaula<br />violento,<br />lleno de zarpazos<br />como una noche de luna<br />y dos gatos enamorados<br />discutiendo su amor en los tejados,<br />amándose a gritos y llantos,<br />a maldiciones, lagrimas y sonrisas<br />(de esas que hacen temblar el cuerpo de alegría)<br /><br />Te quiero como gata panza arriba<br />y me defiendo de huir,<br />de dejar esta pelea<br />de callejones y noches sin hablarnos,<br />este amor que me marea,<br />que me llena de polen,<br />de fertilidad<br />y me anda en el día por la espalda<br />haciéndome cosquillas.<br /><br />No me voy, no quiero irme, dejarte,<br />te busco agazapada<br />ronroneando,<br />te busco saliendo detrás del sofá,<br />brincando sobre tu cama,<br />pasándote la cola por los ojos,<br />te busco desperezándome en la alfombra,<br />poniéndome los anteojos para leer<br />libros de educación del hogar<br />y no andar chiflada y saber manejar la casa,<br />poner la comida,<br />asear los cuartos,<br />amarte sin polvo y sin desorden,<br />amarte organizadamente,<br />poniéndole orden a este alboroto<br />de revolución y trabajo y amor<br />a tiempo y destiempo,<br />de noche, de madrugada,<br />en el baño,<br />riéndonos como gatos mansos,<br />lamiéndonos la cara como gatos viejos y cansados<br />a los pies del sofá de leer el periódico.<br /><br />Te quiero como gata agradecida,<br />gorda de estar mimada,<br />te quiero como gata flaca<br />perseguida y llorona,<br />te quiero como gata, mi amor,<br />como gata, Gioconda,<br />como mujer,<br />te quiero.<br /></span><br />SIN TÍTULO<br /><br /><span style="color:#ffffcc;">La mañana se despierta<br />húmeda y vegetal<br />todavía sin poder sacudirse la lluvia nocturna<br />que sigue lamiendo sus bordes.<br />Me levanto aturdida<br />sintiendo aún el calor reciente de tu cuerpo<br />y el abrazo que cercó mi sueño.<br />Estoy impregnada de tu respiración<br />del conocimiento epidérmico y espeso del amor.<br />Mi piel está grabada con tus señales<br />y no hay viento ni agua que pueda lavarlas<br />sin dejar mi nombre borroso, desteñido y sin sonrisa.<br />Te has plantado como roca en mi playa de estrellas de mar y caracolas,<br />dándole un nuevo sonido a las olas<br />que revientan contentas su canción salada<br />en el ámbito de mi cuerpo.<br /></span><br /></div></span></strong>las musashttp://www.blogger.com/profile/10420120013341537993noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2439018084959961218.post-38078979681252051892010-04-20T15:43:00.009+02:002010-04-21T13:53:45.774+02:00JORNADA POÉTICA "POESÍA ÉRÓTICA". Sábado 17 de Abril 2010<div align="center"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSLPNyRgkYTNfaVLKG473KZw6gb9T8CWp6zwfltNxR0Kdq87eDLWWXPJhdE3ZBQyHabnUQ03eOCk_VpR7_4XBsCZm60PaEfPBTKobndxzaKPbWeTwxQ9brnPn7oyN6Phbi_L5wxVE7n24/s1600/erotismo.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5462215036030539266" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 300px; CURSOR: hand; HEIGHT: 300px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSLPNyRgkYTNfaVLKG473KZw6gb9T8CWp6zwfltNxR0Kdq87eDLWWXPJhdE3ZBQyHabnUQ03eOCk_VpR7_4XBsCZm60PaEfPBTKobndxzaKPbWeTwxQ9brnPn7oyN6Phbi_L5wxVE7n24/s400/erotismo.jpg" border="0" /></a><br /><br /><span style="font-size:130%;"><strong><span style="color:#ffff33;">EROS Y LA BELLEZA</span></strong><br /> </span></div><div align="center"><span style="font-size:130%;"><strong><span style="color:#ffffff;">Comenzaremos por decir que etimológicamente , erótico significa " perteneciente al amor". Proviene del latín , eroticus que a su vez ,lo toma del griego , erotikós id. , derivado de eros, otos , amor . Sus derivados , erótica , erotismo ( s. XVII) y sus compuestos , erotomanía, erotómanos.<br />Se puede describir el erotismo como un proceso : de reconocimiento de aquello que se supone inconfesable ; de autoconocimiento , de revelación y descubrimiento ; de cambios y asunción de roles basados en la superación de las diferencias , y en el intento de conjugar armónicamete el rasgo erótico masculino tendente hacia lo discontinuo con el erotismo femenino que se inclina hacia lo continuo, en tanto aportación única e insustituible de hombres y mujeres : de descubrimiento y autodescubrimiento donde se establezca un diálogo de cuerpos que permita<br />comprender a los demás y a uno mismo.<br />La dimensión erótica - catártica y reveladora - proporciona un nuevo lenguaje. Queremos hablar, esta noche en el Parnaso , de un erotismo fuera del concepto banal consusmista y pornográfico , más bien , diríamos de un erotismo de la atracción , del deseo que despierta en el otro , una mirada , una silueta , un movimiento ; en una palabra , queremos hablar del erotismo de la seducción . Sin olvidar por ello , el erotismo transgresor que rompe con las normas más ortodoxas que rompe con todo lo establecido.<br />El erotismo siempre es sagrado: tan erótica puede resultar la experiencia de la unión amorosa -mística como la experiencia corporal corporal- orgásmica fisiológica. El erotismo es exclusivamente humano, es sexualidad socializada y transfigurada por la imaginación y la voluntad . Es invención y variación incesante , cambia con los climas y las geografías , con las sociedades y la historia, con los individuos y los temperamentos.<br />Desde el Ars Amandi ( Arte de amar ) de Ovidio , desde Cátulo y sus poemas a Lesbia, pasando por el amor cortés y provenzal , el Canto espiritual de San Juan de la Cruz , desde el clasicismo hasta la edad contemporánea nos encontramos con el erotismo en el Arte , y en la Poesía que es lo que ahora nos ocupa y nos preocupa.<br />Utilizaremos una reflexión acertada y profunda de Octavio Paz en La llama doble para mostrar y demostrar la unión del erotismo y el amor . Según el Diccionario de Autoridades la llama " es al parte más sutil del fuego, que se eleva y levanta a lo alto en figura “piramidal" . El fuego original y primordial , la sexualidad , levanta la llama roja del erotismo y ésta a su vez sostiene y alza otra llama azul y trémula : la llama del amor . Erotismo y Amor la llama doble de la vida .<br /></span></strong><br /><br /></span><span style="font-size:130%;"><strong><span style="color:#ffffff;">Recobrada está .<br />¿ Qué ? . La eternidad .<br />Es la mar , que se fue<br />con el sol . ( Rimbaud ) .<br /><br />Tras los hermosos versos de Rimbaud , y como muy bien explica Georges Bataille : la Poesía lleva al mismo punto que todas las formas de erotismo , nos conduce hacia la eternidad . La Poesía es eternidad , es la mar que se fue con el sol .<br /><br /></span><span style="color:#cc66cc;">Amanda, Merche, Salma, sábado 17 de Abril 2010</span></strong><br /><br /><br /><strong><span style="color:#ffff33;">OLIVERIO GIRONDO</span></strong><br /><br /></span><span style="font-size:130%;"><span style="color:#ffffff;"><strong>Se miran, se presienten, se desean,<br />se acarician, se besan, se desnudan,<br />se respiran, se acuestan, se olfatean,<br />se penetran, se chupan, se demudan,<br />se adormecen, despiertan, se iluminan,<br />se codician, se palpan, se fascinan,<br />se mastican, se gustan, se babean,<br />se confunden, se acoplan, se disgregan,<br />se aletargan, fallecen, se reintegran,<br />se distienden, se enarcan, se menean,<br />se retuercen, se estiran, se caldean,<br />se estrangunlan, se aprietan, se estremecen,<br />se tantean, se juntan, desfallecen,<br />se repelen, se enervan, se apetecen,<br />se acometen, se enlazan, se entrechocan,<br />se agazapan, se apresan, se dislocan,<br />se perforan, se incrustan, se acribillan,<br />se remachan, se injertan, se atornillan,<br />se desmayan, reviven, resplandecen,<br />se contemplan, se inflaman, se enloquecen,<br />se derriten, se sueldan, se calcinan,<br />se desgarran, se muerden, se asesinan,<br />resucitan, se buscan, se refriegan,<br />se rehuyen, se evaden y se entregan</strong></span><br /><br /><br /><strong><span style="color:#ffff33;">CARMEN GONZALEZ HUGUET</span></strong><br /><br /></span><strong><span style="font-size:130%;color:#ffff33;">LA AMANTE<br />I<br /></span><span style="font-size:130%;color:#ffffff;">Un lento derramarse, un cielo en fuga,<br />un crepúsculo muerto sobre el agua.<br />Una raíz de sal que te sumerge<br />en la hondura más negra de su grito.<br /><br />El agua viene y lame cada orilla<br />con su lengua de cántico y caricia<br />y amortigua la luz su llaga inmóvil<br />para no herir la entraña de la tarde.<br /><br />Sobre cada colina deja un soplo<br />detenido el arado de los besos.<br /><br />Las manos se persiguen, se acorralan,<br />huyen por los rincones, vuelan, gritan<br />o van a agonizar en tus cabellos.<br /><br />Tú miras y vacías tu mirada<br />en el recodo oscuro más remoto.<br />Y las llenas de nuevo con aromas<br />de un país que recorres entre sueños.<br /><br />Miras y vas sembrando de tus ojos<br />un territorio fértil y sangriento<br />donde el rostro más frágil y furtivo<br />se hace piedra y derrota en cada ausencia.<br /><br />Tú miras y te inventas lo que miras.<br />Miras el sol y enciendes en la tarde<br />un universo de luces moradas<br />que derraman su vino en las pupilas.<br /><br />Tú miras y en el fondo de la noche<br />nace la luz del alba sucesiva.<br /><br />Vuelve otra vez, espejo del pasado.<br />Ábreme en las entrañas otra llaga<br />más permanente y mucho más deseable<br />que la herida que llora lo que pierdo.<br /><br />Pues si el reproche afila con su lengua<br />la navaja fatal de los agravios,<br />tú matas con la sola certidumbre<br />de no volver a ver el rostro amado.<br /><br />Recorres un sendero y se disuelve<br />la ternura en tus manos como arena<br />deshecha en las entrañas del arroyo.<br /><br />Y en al quietud endulzas esta boca,<br />hecha de espada y hiel, arena y odio,<br />para lamer el tallo del deseo.<br /><br />Entonces amo el tacto de tus dedos,<br />que no engaña jamás como las voces.<br /><br />Pueden mentirme todas tus palabras.<br />Mentir tu desazón y tu distancia;<br />mentir también el vértigo cerrado<br />de la pasión que encierra mis temores.<br /><br />Pero tus manos, no. Tus manos tiemblan.<br />Como si fueran pétalos del agua<br />acariciados por la brisa fría<br />y estremecidos por su raudo beso.<br /><br />Ellas me aman más en su mutismo<br />que tú con las palabras exaltadas.<br />Tus manos, las raíces extendidas<br />de diez morenos dedos de mi carne,<br />hablan mejor en su silencio a gritos.<br /><br />Dicen, suspiran, nombran, llaman, cantan.<br />Arrullan o se agitan, iracundas,<br />dan nombre al mundo y al nombrarlo crean<br />la realidad feroz de su quimera.<br /><br />Tú te marchas. Te vas, pero se quedan<br />tus manos en mi ser, me reconocen<br />como dulce extensión de las caricias.<br /><br />Soy suya. Me poseen, me recorren,<br />me saben parte de su piel. Me besan.<br /><br />Yo me sumerjo en ellas y me siento<br />hundida en una carne transparente<br />más densa que la mar, más perdurable<br />que la roca tenaz de las distancias.<br /><br />Me alimenta la sed esa agua en fuga<br />que entre tus dedos tejes y derramas.<br /><br />Ebria estoy, más sedienta. Tú lo sabes,<br />tú que inauguras esta sed a gritos<br />con que en silencio bebo de tu cuerpo.<br /><br />Dame más sed, dame más sed. Abreva<br />con tu silencio mi ansiedad abierta.<br /><br />Tengo la piel cuarteada sin el agua<br />que nace de las fuentes de tus dedos.<br /><br />Sumerge el manantial, cava ese pozo,<br />siembra en mí con tu gesto sed y agua,<br />riega la era, al fin. Dame tus labios.<br />Las palabras, jamás. Dame los besos.<br />Déjame que te beba a borbotones.<br /><br />Mañana sé que ha de venir el día<br />y con él el desierto sin memoria.<br /><br />Mañana me darás, en el silencio,<br />potestad de medir el infortunio<br />con la falta infinita de tus manos.<br /><br />Mañana...<br />pero hoy, siémbrame toda<br />de ansiedades, deseos, luces, sombras,<br />de miradas furtivas, ecos, risas,<br />de cuartos defendidos contra el mundo<br />y abiertos a los mares interiores<br />de una ternura oscura, indescifrable.<br /><br />Ahora ven, y ahógame en tu boca.<br />Déjame agonizar bajo la dicha.<br />Bajo tu lluvia tiende mi vacío<br />y sumerge en mis ojos tu mirada.<br /><br />Ciega estoy si me asomo al universo<br />sin la luz que me otorgan tus pupilas.<br /><br />Viviré en las orillas de tus besos<br />exilada en la noche sin fronteras.<br />Siempre al borde de ti. Siempre a la orilla,<br />siempre al margen, apenas en la playa,<br />mojando con la punta de mis dedos<br />la sed que de tu espuma me atormenta.<br /><br />Sedienta de tus vértigos a gritos,<br />de remolino mutuo que se bebe<br />juntos la sed, el agua, la marea<br />de la ebriedad...<br />Dos cuerpos enlazados<br />bebiéndose la vida a borbotones,<br />saciando el agua, abriendo la frontera<br />donde pueda la sed seguir viviendo.<br /><br />Más allá de la luz, yo te deseo<br />cada vez más desnudo, más tú mismo.<br />Despojado de antiguos atavíos,<br />de cadenas pesadas como nombres,<br />de grilletes de epítetos terribles,<br />de absurdos conformismos, de secretas<br />pasiones que sepultan su recuerdo,<br />que se cambian de nombre o que disfrazan<br />su rostro bajo símbolos oscuros.<br /><br />Así quiero mirarte, que me veas:<br />Desnudo de verdad, de veras mio.<br />Aunque sea un minuto, un día sólo,<br />un instante sin tiempo ni distancias,<br />cuando pueda alcanzar al fin tu boca<br />y alzarme a la estatura de tu beso.<br /><br />Entonces no podrá la muerte entera<br />vulnerar con su barba y su gusano<br />la pura luz de este milagro intacto.<br /><br />Y voy a verte, entonces, como ahora,<br />inédita belleza, labio puro,<br />desafiando al destino desdichado<br />con la fe en la ternura inquebrantable.<br /><br />Por ti comprendo ahora mi existencia.<br />Tiene sentido haber buscado en vano<br />por años, trenes, pájaros, distancias<br />el relámpago oscuro del deseo<br />brillando en tus pupilas como un astro.<br /><br />Cada recodo halló su rostro vivo<br />para cobrar sentido entre tus manos:<br /><br />Suave concavidad, copa inefable<br />que llenas con tu vino y que rebosa<br />cuando me das la plenitud.<br />Dormida<br />torre de sangre alzada en mi homenaje<br />y que en su suave miel se desparrama<br />endulzando los labios que la besan.<br /><br />Subterránea raíz de los relámpagos.<br />Tu labor inefable no descansa.<br />Déjame que te beba con los ojos<br />cuando manos y boca no me alcancen<br />para abarcar tu cielo y tu hermosura.<br /><br />Pero no seas nunca más esquivo,<br />ni entregues a mi boca vino amargo,<br />ni sea tu pan hecho de ausencia y hambre.<br /><br />¿Qué puedo hacer con este mar indócil<br />que agita sus oleajes en mi pecho?<br />¿Cómo se emplea una marea inútil<br />de besos que no encuentran otra boca?<br /><br />¿Adonde voy con la ternura sola<br />que se pudre en mis manos sin objeto?<br />¿Qué destino le espera a los abrazos<br />cuando sólo la noche nos estrecha?<br /><br />¿Qué hacer con el amor cuando nos deja<br />con una vaga sombra entre los dedos?<br />¿quién puede comprender la melodía<br />si el amante está sordo o está lejos?<br /><br />No confíes jamás en el olvido,<br />ni entregues esta historia a mi memoria.<br />Nadie es más cruel que una mujer herida.<br /><br />Como una maldición, la ausencia pone<br />vinagre y hiel en todo lo que toca.<br />Hay un rumor de sal en la sonrisa<br />y un río soterrado en el silencio.<br /><br />La soledad es un país saqueado<br />por la duda, el despecho y la amargura.<br />Una se siente en guerra con la vida,<br />exilada del reino de la dicha,<br />extranjera entre todos los humanos.<br /><br />El polvo crece, entonces, y sepulta<br />la piel de las mejores ilusiones<br />y la ceniza clava, silenciosa,<br />su puñal en el vientre de los fuegos.<br /><br />Nada resiste. El río que se empoza<br />ve pudrirse sus aguas en el lodo,<br />y un mar congela su furioso oleaje<br />derrotado por gélidos desdenes.<br /><br />Ahora voy a hablar en el silencio<br />de abismos que conozco, que visito<br />cuando me das de ti sólo la ausencia.<br /><br />Soy entonces tu luna, tu satélite,<br />extraviada de pronto en el espacio<br />sin un planeta en torno al cual girar.<br /><br />Y agonizo en el aire como un trino<br />abandonado por su flauta de alas,<br />o como un ave en agua sumergida<br />o como el agua sumergida en fuego.<br /><br />Absurda, absurda, absurda y si sentido.<br />Boca muda, caricia sin el tacto.<br />Labio ciego a la voz, palabra inútil.<br />Oído clausurado a toda música,<br />nombre lanzado al fondo del vacío.<br /><br />Devuélveme la voz, dame la risa.<br /><br />Quiero volver a ser libre y sin miedo.<br />Quiero habitar un mundo a mi medida<br />y no el galpón oscuro de los otros.<br /><br />Devuélveme mi casa, mi aposento.<br />Quiero ser yo de nuevo, libre, a solas.<br />Habitar en mi cuerpo sin intrusos,<br />posesionarme de mi propio mundo.<br /><br />Ya no girar en órbitas de otros.<br />Estar sola y saber que nadie escoge<br />por mí la ruta inédita del viaje.<br /><br />Ser libre para errar, para salvarme,<br />para creer, para abjurar, consciente<br />de que yo soy mi opción más importante.<br /><br />Quiero ser más que un beso de tus labios.<br />Más que el bregar sin pausa de tus olas.<br />Más que el vórtice quieto donde acaban<br />de resumirse todas tus pasiones.<br /><br />Quiero ser más que estela de cometa.<br />Más que sombra de luz, dorado anillo<br />con que, necia, he intentado contenerte.<br /><br />Quiero ser signo solo y absoluto.<br />Tener al fin significado propio<br />y no necesitar tu compañía<br />para nombrar mi mundo, mi universo.<br /><br />Quiero ser más que espuma, más que adorno.<br />Más que la luna para ti, planeta.<br />Cansada estoy de ser para los otros.,<br />a costa de no ser para mí misma.<br /><br />Amada, no. No quiero que me tomes,<br />que me bañes de espuma y de palabras,<br />que me entregues el nombre, las cadenas,<br />la razón de vivir, el eco, el mundo,<br />el oficio de ser ama de llaves<br />en la casa que siempre me es ajena.<br /><br />No vas a usufructuar mi piel, mi sangre,<br />ni el aliento, ni el goce del deseo.<br />No vas a ser ya mi propietario.<br /></span></strong></div><div align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#ffff33;">LA AMANTE</span></strong></div><div align="center"><span style="font-size:130%;"><strong><span style="color:#ffff33;">II<br /></span></strong><br /></span><span style="font-size:130%;"><strong><span style="color:#ffffff;">Dicen, suspiran, nombran, llaman, cantan.<br />Arrullan o se agitan, iracundas,<br />dan nombre al mundo y al nombrarlo crean<br />la realidad feroz de su quimera.<br /><br />Tú te marchas. Te vas, pero se quedan<br />tus manos en mi ser, me reconocen<br />como dulce extensión de las caricias.<br /><br />Soy suya. Me poseen, me recorren,<br />me saben parte de su piel. Me besan.<br /><br />Yo me sumerjo en ellas y me siento<br />hundida en una carne transparente<br />más densa que la mar, más perdurable<br />que la roca tenaz de las distancias.<br /><br />Me alimenta la sed esa agua en fuga<br />que entre tus dedos tejes y derramas.<br /><br />Ebria estoy, mas sedienta. Tú lo sabes,<br />tú que inauguras esta sed a gritos<br />con que en silencio bebo de tu cuerpo.<br /><br />Dame más sed, dame más sed. Abreva<br />con tu silencio mi ansiedad abierta.<br /><br />Tengo la piel cuarteada sin el agua<br />que nace de las fuentes de tus dedos.<br /><br />Sumerge el manantial, cava ese pozo,<br />siembra en mí con tu gesto sed y agua,<br />riega la era, al fin. Dame tus labios.<br />Las palabras, jamás. Dame los besos.<br />Déjame que te beba a borbotones.<br /><br />Mañana sé que ha de venir el día<br />y con él el desierto sin memoria.<br /><br />Mañana me darás, en el silencio,<br />potestad de medir el infortunio<br />con la falta infinita de tus manos.<br /><br />Mañana...<br />Pero hoy, siémbrame toda<br />de ansiedades, deseos, luces, sombras,<br />de miradas furtivas, ecos, risas,<br />de cuartos defendidos contra el mundo<br />y abiertos a los mares interiores<br />de una ternura oscura, indescifrable.<br /><br />Ahora ven, y ahógame en tu boca.<br />Déjame agonizar bajo la dicha.<br />Bajo tu lluvia tiende mi vacío<br />y sumerge en mis ojos tu mirada.<br /><br />Ciega estoy si me asomo al universo<br />sin la luz que me otorgan tus pupilas.<br /><br />Viviré en las orillas de tus besos<br />exilada en la noche sin fronteras.<br />Siempre al borde de ti. Siempre a la orilla,<br />siempre al margen, apenas en la playa,<br />mojando con la punta de mis dedos<br />la sed que de tu espuma me atormenta.<br /></span></strong><br /><strong><span style="color:#ffff33;">LA AMANTE</span></strong></span></div><div align="center"><span style="font-size:130%;"><strong><span style="color:#ffff33;">III</span></strong><br /><br /></span><span style="font-size:130%;"><strong><span style="color:#ffffff;">Sedienta de tus vértigos a gritos,<br />del remolino mutuo que se bebe<br />juntos la sed, el agua, la marea<br />de la ebriedad...<br />Dos cuerpos enlazados<br />bebiéndose la vida a borbotones,<br />saciando el agua, abriendo la frontera<br />donde pueda la sed seguir viviendo.<br /><br />Más allá de la luz, yo te deseo<br />cada vez más desnudo, más tú mismo.<br />Despojado de antiguos atavíos,<br />de cadenas pesadas como nombres,<br />de grilletes de epítetos terribles,<br />de absurdos conformismos, de secretas<br />pasiones que sepultan su recuerdo,<br />que se cambian de nombre o que disfrazan<br />su rostro bajo símbolos oscuros.<br /><br />Así quiero mirarte, que me veas:<br />Desnudo de verdad, de veras mío.<br />Aunque sea un minuto, un día sólo,<br />un instante sin tiempo ni distancias,<br />cuando pueda alcanzar al fin tu boca<br />y alzarme a la estatura de tu beso.<br /><br />Entonces no podrá la muerte entera<br />vulnerar con su baba y su gusano<br />la pura luz de este milagro intacto.<br /><br />Y voy a verte, entonces, como ahora,<br />inédita belleza, labio puro,<br />desafiando al destino desdichado<br />con la fe en la ternura inquebrantable.<br /><br />Por ti comprendo ahora mi existencia.<br />Tiene sentido haber buscado en vano<br />por años, trenes, pájaros, distancias<br />el relámpago oscuro del deseo<br />brillando en tus pupilas como un astro.<br /><br />Cada recodo halló su rostro vivo<br />para cobrar sentido entre tus manos:<br /><br />Suave concavidad, copa inefable<br />que llenas con tu vino y que rebosa<br />cuando me das la plenitud.<br />Dormida torre de sangre alzada en mi homenaje<br />y que en su suave miel se desparrama<br />endulzando los labios que la besan.<br /><br />Subterránea raíz de los relámpagos.<br />Tu labor inefable no descansa.<br />Déjame que te beba con los ojos<br />cuando manos y boca no me alcancen<br />para abarcar tu cielo y tu hermosura.<br /><br />Pero no seas nunca más esquivo,<br />ni entregues a mi boca vino amargo,<br />ni sea tu pan hecho de ausencia y hambre.<br /></span></strong><br /><strong><span style="color:#ffff33;">LA AMANTE</span></strong></span></div><div align="center"><span style="font-size:130%;"><strong><span style="color:#ffff33;">IV</span></strong><br /><br /></span><span style="font-size:130%;"><strong><span style="color:#ffffff;">¿Qué puedo hacer con este mar indócil<br />que agita sus oleajes en mi pecho?<br />¿Cómo se emplea una marea inútil<br />de besos que no encuentran otra boca?<br /><br />¿Adónde voy con la ternura sola<br />que se pudre en mis manos sin objeto?<br />¿Qué destino le espera a los abrazos<br />cuando sólo la noche nos estrecha?<br /><br />¿Qué hacer con el amor cuando nos deja<br />con una vaga sombra entre los dedos?<br />¿Quién puede comprender la melodía<br />si el amante está sordo o está lejos?<br /><br />No confíes jamás en el olvido,<br />ni entregues esta historia a mi memoria.<br />Nadie es más cruel que una mujer herida.<br /><br />Como una maldición, la ausencia pone<br />vinagre y hiel en todo lo que toca.<br />Hay un rumor de sal en la sonrisa<br />y un río soterrado en el silencio.<br /><br />La soledad es un país saqueado<br />por la duda, el despecho y la amargura.<br />Una se siente en guerra con la vida,<br />exilada del reino de la dicha,<br />extranjera entre todos los humanos.<br /><br />El polvo crece, entonces, y sepulta<br />la piel de las mejores ilusiones<br />y la ceniza clava, silenciosa,<br />su puñal en el vientre de los fuegos.<br /><br />Nada resiste. El río que se empoza<br />ve pudrirse sus aguas en el lodo,<br />y un mar congela su furioso oleaje<br />derrotado por gélidos desdenes.<br /><br />Ahora voy a hablar en el silencio<br />de abismos que conozco, que visito<br />cuando me das de ti sólo la ausencia.<br /><br />Soy entonces tu luna, tu satélite,<br />extraviada de pronto en el espacio<br />sin un planeta en torno al cual girar.<br /><br />Y agonizo en el aire como un trino<br />abandonado por su flauta de alas,<br />o como un ave en agua sumergida<br />o como el agua sumergida en fuego.<br /><br />Absurda, absurda, absurda y sin sentido<br />Boca muda, caricia sin el tacto.<br />Labio ciego a la voz, palabra inútil.<br />Oído clausurado a toda música,<br />nombre lanzado al fondo del vacío.<br /><br />Devuélveme la voz, dame la risa.<br /><br />Quiero volver a ser libre y sin miedo.<br />Quiero habitar un mundo a mi medida<br />y no el galpón oscuro de los otros.<br /><br />Devuélveme mi casa, mi aposento.<br />Quiero ser yo de nuevo, libre, a solas.<br />Habitar en mi cuerpo sin intrusos,<br />posesionarme de mi propio mundo.<br /><br />Ya no girar en órbitas de otros.<br />Estar sola y saber que nadie escoge<br />por mí la ruta inédita del viaje.<br /><br />Ser libre para errar, para salvarme,<br />para creer, para abjurar, consciente<br />de que yo soy mi opción más importante.<br /><br />Quiero ser más que un beso de tus labios.<br />Más que el bregar sin pausa de tus olas.<br />Más que el vórtice quieto donde acaban<br />de resumirse todas tus pasiones.<br /><br />Quiero ser más que estela de cometa.<br />Más que sombra de luz, dorado anillo<br />con que, necia, he intentado contenerte.<br /><br />Quiero ser signo solo y absoluto.<br />Tener al fin significado propio<br />y no necesitar tu compañía<br />para nombrar mi mundo, mi universo.<br /><br />Quiero ser más que espuma, más que adorno.<br />Más que la luna para ti, planeta.<br />Cansada estoy de ser para los otros,<br />a costa de no ser para mí misma.<br /><br />Amada, no. No quiero que me tomes,<br />que me bañes de espuma y de palabras,<br />que me entregues el nombre, las cadenas,<br />la razón de vivir, el eco, el mundo,<br />el oficio de ser ama de llaves<br />en la casa que siempre me es ajena.<br /><br />No vas a usufructuar mi piel, mi sangre,<br />ni el aliento, ni el goce del deseo.<br />No vas a ser ya más mi propietario</span></strong><br /><br /><br /></span><span style="font-size:130%;"><strong><span style="color:#ffff33;">JOSE ANGEL VALENTE<br /><br />EL TEMBLOR</span></strong> </span></div><div align="center"><br /><span style="font-size:130%;"><strong><span style="color:#ffffff;">La lluvia<br />como una lengua de prensiles musgos<br />parece recorrerme, buscarme la cerviz,<br />bajar,<br />lamer el eje vertical,<br />contar el número de vértebras que me separan<br />de tu cuerpo ausente.<br />Busco ahora despacio con mi lengua<br />la demorada huella de tu lengua<br />hundida en mis salivas.<br />Bebo, te bebo<br />en las mansiones líquidas<br />del paladar<br />y en la humedad radiante de tus ingles,<br />mientras tu propia lengua me recorre<br />y baja,<br />retráctil y prensil, como la lengua<br />oscura de la lluvia.<br />La raíz del temblor llena tu boca,<br />tiembla, se vierte en ti<br />y canta germinal en tu garganta.<br /></span></strong><br /><br /><strong><span style="color:#ffff33;">CARILDA OLIVER LABRA </span></strong></span></div><strong><span style="color:#ffff33;"><div align="center"><br /><span style="font-size:130%;">DISCURSO DE EVA<br /></span></span></strong><br /><span style="font-size:130%;"><strong><span style="color:#ffffff;">Hoy te saludo brutalmente:<br />con un golpe de tos<br />o una patada.<br />¿Dónde te metes,<br />a dónde huyes con tu caja loca<br />de corazones,<br />con el reguero de pólvora que tienes?<br />¿Dónde vives:<br />en la fosa en que caen todos los sueños<br />o en esa telaraña donde cuelgan<br />los huérfanos de padre?<br /><br />Te extraño,<br />¿sabes?<br />como a mí misma<br />o a los milagros que no pasan.<br />Te extraño,<br />¿sabes?<br />Quisiera persuadirte no sé de qué alegría,<br />de qué cosa imprudente.<br /><br />¿Cuándo vas a venir?<br />Tengo una prisa por jugar a nada,<br />por decirte: «mi vida»<br />y que los truenos nos humillen<br />y las naranjas palidezcan en tu mano.<br />Tengo unas ganas locas de mirarte al fondo<br />y hallar velos<br />y humo,<br />que, al fin, parece en llama.<br /><br />De verdad que te quiero,<br />pero inocentemente,<br />como la bruja clara donde pienso.<br />De verdad que no te quiero,<br />pero inocentemente,<br />como el ángel embaucado que soy.<br />Te quiero,<br />no te quiero.<br />Sortearemos estas palabras<br />y una que triunfe será la mentirosa.<br />Amor...<br />( ¿Qué digo? estoy equivocada,<br />aquí quise decir que ya te odio. )<br />¿Por qué no vienes?<br />¿Cómo es posible<br />que me dejes pasar sin compromiso con el fuego?<br />¿Cómo es posible que seas austral<br />y paranoico<br />y renuncies a mí?<br /><br />Estarás leyendo los periódicos<br />o cruzando<br />por la muerte<br />y la vida.<br />Estarás con tus problemas de acústica y de ingle,<br />inerte,<br />desgraciado,<br />entreteniéndote en una aspiración del luto.<br />Y yo que te deshielo,<br />que te insulto,<br />que te traigo un jacinto desplomado;<br />yo que te apruebo la melancolía;<br />yo que te convoco<br />a las sales del cielo,<br />yo que te zurzo:<br />¿qué?<br />¿Cuándo vas a matarme a salivazos,<br />héroe?<br />¿Cuándo vas a molerme otra vez bajo la lluvia?<br />¿Cuándo?<br />¿Cuándo vas a llamarme pajarito<br />y puta?<br />¿Cuándo vas a maldecirme?<br />¿Cuándo?<br />Mira que pasa el tiempo,<br />el tiempo,<br />el tiempo,<br />y ya no se me aparecen ni los duendes,<br />y ya no entiendo los paraguas,<br />y cada vez soy más sincera,<br />augusta...<br /><br />Si te demoras,<br />si se te hace un nudo y no me encuentras,<br />vas a quedarte ciego;<br />si no vuelves ahora: infame, imbécil, torpe, idiota,<br />voy a llamarme nunca.<br /><br />Ayer soñé que mientras nos besábamos<br />había sonado un tiro<br />y que ninguno de los dos soltamos la esperanza.<br />Este es un amor<br />de nadie;<br />lo encontramos perdido,<br />náufrago,<br />en la calle.<br />Entre tú y yo lo recogimos para ampararlo.<br />Por eso, cuando nos mordemos,<br />de noche,<br />tengo como un miedo de madre a quien dejaste sola.<br />Pero no importa,<br />bésame,<br />otra vez y otra vez<br />para encontrarme.<br />Ajústate a mi cintura,<br />vuelve;<br />sé mi animal,<br />muéveme.<br />Destilaré la vida que me sobra,<br />los niños condenados.<br />Dormiremos como homicidas que se salvan<br />atados por una flor incomparable.<br />Ya la mañana siguiente cuando cante el gallo<br />seremos la naturaleza<br />y me pareceré a tus hijos en la cama.<br /><br />Vuelve, vuelve.<br />Atraviésame a rayos.<br />Hazme otra vez una llave turca.<br />Pondremos el tocadiscos para sIempre.<br />Ven con tu nuca de infiel,<br />con tu pedrada.<br />Júrame que no estoy muerta.<br />Te prometo, amor mío, la manzana.<br /></span></strong><br /><br /><strong><span style="color:#ffff33;">ALESSANDRO BARICCO </span></strong></span></div><div align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#ffff33;"></span></strong></div><div align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#ffff33;">SEDA (fragmento) </span></strong></div><div align="center"><br /><span style="font-size:130%;"><strong><span style="color:#ffffff;">" Permanece así, te quiero mirar, yo te he mirado tanto pero no eras para mí, ahora eres para mí, no te acerques, te lo ruego, quédate como estás, tenemos una noche para nosotros, y quiero mirarte, nunca te había visto así, tu cuerpo para mí, tu piel, cierra los ojos y acaríciate, te lo ruego, no abras los ojos si puedes, y acaríciate, son tan bellas tus manos, las he soñado tanto que ahora las quiero ver, me gusta verlas sobre tu piel, así, sigue, te lo ruego, no abras los ojos, yo estoy aquí, nadie nos puede ver y yo estoy cerca de ti, acaríciate señor amado mío, acaricia tu sexo, te lo ruego despacio, es bella tu mano sobre tu sexo, no te detengas, me gusta mirarla y mirarte, señor amado mío, no abras los ojos, no todavía, no debes tener miedo estoy cerca de ti, ¿me oyes?, estoy aquí, puedo rozarte, y esta seda, ¿la sientes?, es la seda de mi vestido, no abras los ojos y tendrás mi piel, tendrás mis labios, cuando te toque por primera vez será con mis labios, tú no sabrás dónde, en cierto momento sentirás el calor de mis labios, encima, no puedes saber dónde si no abres los ojos, no los abras, sentirás mi boca donde no sabes, de improviso, tal vez sea en tus ojos, apoyaré mi boca sobre los párpados y las cejas, sentirás el calor entrar en tu cabeza, y mis labios en tus ojos, dentro, o tal vez sea sobre tu sexo, apoyaré mis labios allí y los abriré bajando poco a poco, dejaré que tu sexo cierre a medias mi boca, entrando entre mis labios, y empujando mi lengua, mi saliva bajará por tu piel hasta tu mano, mi beso y tu mano, uno dentro de la otra, sobre tu sexo, hasta que al final te bese en el corazón, porque te quiero, morderé la piel que late sobre tu corazón, porque te quiero, y con el corazón entre mis labios tú serás mío, de verdad, con mi boca en tu corazón tú serás mío, para siempre, y si no me crees abre los ojos señor amado mío y mírame, soy yo, quién podrá borrar jamás este instante que pasa, y este mi cuerpo sin más seda, tus manos que lo tocan, tus ojos que lo miran, tus dedos en mi sexo, tu lengua sobre mis labios, tú que resbalas debajo de mí, tomas mis flancos, me levantas, me dejas deslizar sobre tu sexo, despacio, quién podrá borrar esto, tú dentro de mí moviéndote con lentitud, tus manos sobre mi rostro, tus dedos en mi boca, el placer en tus ojos, tu voz, te mueves con lentitud, pero hasta hacerme daño, mi placer, mi voz, mi cuerpo sobre el tuyo, tu espalda que me levanta, tus brazos que no me dejan ir, los golpes dentro de mí, es dulce violencia, veo tus ojos buscar en los míos, quieren saber hasta dónde hacerme daño, hasta donde tú quieras, señor amado mío, no hay fin, no finalizará, ¿lo ves?, nadie podrá cancelar este instante que pasa, para siempre echarás la cabeza hacia atrás, gritando, para siempre cerraré los ojos soltando las lágrimas de mis ojos, mi voz dentro de la tuya, tu violencia teniéndome apretada, ya no hay tiempo para huir ni fuerza para resistir, tenía que ser este instante, y este instante es, créeme, señor amado mío, este instante será, de ahora en adelante, será, hasta el fin.</span></strong> "<br /><br /><br /><strong><span style="color:#ffff33;">DELMIRA AGUSTINI</span></strong></span></div><div align="center"><strong><span style="font-size:130%;color:#ffff33;"></span></strong></div><div align="center"><span style="font-size:130%;"><strong><span style="color:#ffff33;">SERPENTINA<br /></span></strong><br /></span><span style="font-size:130%;"><strong><span style="color:#ffffff;">En mis sueños de amor, ¡yo soy serpiente!<br />gliso y ondulo como una corriente;<br />dos píldoras de insomnio y de hipnotismo<br />son mis ojos; la punta del encanto<br />es mi lengua... ¡y atraigo con mi llanto!<br />soy un pomo de abismo.<br /><br />Mi cuerpo es una cinta de delicia,<br />glisa y ondula como una caricia...<br />Y en mis sueños de odio ¡soy serpiente!<br />mi lengua es una venenosa fuente;<br />mi testa es la luzbélica diadema,<br />haz de la muerte, en un fatal soslayo<br />son mis pupilas; y mi cuerpo en gema<br />¡es la vaina del rayo!<br />Si así sueño mi carne, así es mi mente:<br />un cuerpo largo, largo, de serpiente,<br />vibrando eterna, ¡voluptuosamente!<br /><br />Tu amor, esclavo, es como un sol muy fuerte:<br />jardinero de oro de la vida,<br />jardinero de fuego de la muerte<br />en el carmen fecundo de mi vida.<br />Pico de cuervo con olor de rosas,<br />aguijón enmelado de delicias<br />tu lengua es. Tus manos misteriosas<br />son garras enguantadas de caricias.<br />Tus ojos son mis medianoches crueles,<br />panales negros de malditas mieles<br />que se desangran en la acerbidad;<br />crisálida de un vuelo del futuro,<br />es tu brazo magnífico y oscuro,<br />torre embrujada de mi soledad.<br /></span></strong><br /><br /><strong><span style="color:#ffff33;">GIOCONDA BELLI</span></strong> </span></div><div align="center"><br /><span style="font-size:130%;"><strong><span style="color:#ffff33;">SOY TU INDÓMITA GACELA ...</span></strong> </span></div><div align="center"><br /><span style="font-size:130%;"><strong><span style="color:#ffffff;">Yo soy tu indómita gacela,<br />el trueno que rompe la luz sobre tu pecho<br />Yo soy el viento desatado en la montaña<br />y el fulgor concentrado del fuego del ocote.<br />Yo caliento tus noches,<br />encendiendo volcanes en mis manos,<br />mojándote los ojos con el humo de mis cráteres.<br />Yo he llegado hasta vos vestida de lluvia y de recuerdo,<br />riendo la risa inmutable de los años.<br />Yo soy el inexplorado camino,<br />la claridad que rompe la tiniebla.<br />Yo pongo estrellas entre tu piel y la mía<br />y te recorro entero,<br />sendero tras sendero,<br />descalzando mi amor,<br />desnudando mi miedo.<br />Yo soy un nombre que canta y te enamora<br />desde el otro lado de la luna,<br />soy la prolongación de tu sonrisa y tu cuerpo.<br />Yo soy algo que crece,<br />algo que ríe y llora.<br />Yo,<br />la que te quiere.</span></strong><br /><br /><br /><strong><span style="color:#ffff33;">ORIETTA LOZANO</span></strong> </span></div><div align="center"><span style="font-size:130%;"></span></div><div align="center"><span style="font-size:130%;"><strong><span style="color:#ffff33;">RITUAL SECRETO</span></strong><br /></span></div><span style="color:#ffff33;"><div align="center"><br /></span><span style="font-size:130%;color:#ffffff;"><strong>Amante mío, estoy desnuda, más fresca que el agua azul<br />para tu noche de amor.<br />Cada extremo de mi boca,<br />cada esquina de mis miembros<br />se apresuran como ágiles peces<br />hacia tus tibias aguas.<br />Amante mío, yo deseo la mordedura de tus dientes<br />y me encamino temblorosa hacia cada uno de tus dedos,<br />me detengo a mirar tu cuerpo a través de oscura cerradura<br />e incontenible deseo se posa en mis húmedos senos.<br />Por ti se escapa la sequedad de mi boca,<br />mi mirada de brújula perdida en tus rincones,<br />floto voluptuosa en tus profundas aguas<br />y me abro como flor nocturna a tu plácida noche.<br />Mi cuerpo, fiesta fértil y lasciva.<br />Paséeme solitaria, desnuda ante tu noche,<br />siémbrame semillas olorosas a sal.<br />Mírame desnuda<br />con la hermosa sospecha<br />que mi vientre será fértil a tu salada lluvia.<br />Mi caverna, tibia y silenciosa, guarida perfecta<br />de tu solitario cuerpo,<br />Mi boca es suave entre tus dientes,<br />mi lengua, pájaro que anida en tu boca.<br />Por mi carne fluye sudor de hierro<br />y me prendo<br />como alga marina a tu confuso mar.<br />Soy la obra inconclusa<br />con infinitas posibilidades para un final.<br />Me entrego fácil a tus brazos,<br />con el misterioso encanto de un ritual.<br /><br /><br /><span style="color:#ffff66;">A SOLAS CONTIGO<br />Antonio G. H. (Lewis_TM)<br />14 de Abril del 2010<br /></span><br />Hemos habitado juntos tantas veces, amada mia<br />No preguntes cuantas, solo se que<br />han sido para mi tu aliento, tus gemidos<br />miel que sustenta mi pasion desbordada sobre tí<br /><br />Caminar por tus veredas, recorrer tus senderos<br />Admirar tu sonrisa desde tu valle mas profundo<br />Han sido de las experiencias mas singulares<br />que me ha regalado la existencia.<br /><br />Alli donde anidas tus mas preciados tesoros<br />jardin del eden donde encuentro los frutos<br />deliciosos de tus pechos, frutas que son<br />sueños deseados de mis manos,<br />epicarpio aterciopelado que mis dedos<br />acarician descubriendo el velo de su timidez.<br /><br />Mi pasión es beber el nectar de los dioses<br />en la copa de tu ombligo y besar<br />repetidas veces ese lunar que escondes<br />bajo tu claro y fascinante vientre.<br /><br />La luz de luna que se cuela por la ventana<br />Me devuelve la belleza de tu cuerpo desnudo<br />Que mis ojos contemplan extasiado<br />Y suspiro largo interrumpe<br />el suave silencio de tu habitacion.<br /><br />Recostada estas sobre tu almohada,<br />Una sabana deslizas por tu piel,<br />en las fronteras de tu cintura<br />en los surcos de tus muslos,<br />abiertas ventanas de tus piernas,<br />acompañan deseos acumulados en tus sueños<br />y caprichos de tus pensamientos<br />expectante consumacion de tus pasiones<br />flotan sobre tu cama y tu habitacion,<br />Yo cual marino errante me sumerjo suavemente<br />en un mar infinito en busca de tus secretos<br />y asi deleitarnos juntos en la mezcla del amor y la pasion.<br /><br />Reflejos de luna me regalas a traves de los brillos<br />iridiscentes que irradian tu miel mas profunda<br />que cual rios van surcando suavemente<br />las delicadas membranas de tu desnudez<br />esparciendo deseos desde lo mas profundo de su escondite.<br /><br />Mujer deseado de su hombre que besa tus pies<br />y tus tobillos, piel trémula y delicada al contacto tibio de<br />mi boca en tu rodilla y tus muslos. Suspiros ahogados<br />que escapan de tus labios van recreado mis oidos,<br />musica magica que embriagan mi pensamiento.<br /><br />Extasis de ternura invaden nuestros sentidos<br />ante sublime besos de nuestros cuerpos, y la<br />succion intermitente y oscilante del nectar de tu ofrenda<br />cual colibrí flotando en el aire ejecutando ritual milenario<br />donde apaga su sed con el fresco polen de las flores.<br /><br />LLuvia de gemidos inundan la habitacion<br />palabras ahogadas en besos,<br />suspiros entrecortado que estimulan nuestros sentidos<br />y acrecientan nuestros deseos libidinosos ávidos de pasion.<br />....Lo hemos hecho de nuevo.<br /><br /></strong></span></div><div align="center"><span style="font-size:130%;color:#ffffff;"><strong><br /></div></strong></span>las musashttp://www.blogger.com/profile/10420120013341537993noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2439018084959961218.post-6722166882663866672010-03-21T20:33:00.003+01:002010-03-21T20:52:20.354+01:00JORNADA POÉTICA DE JOSÉ HIERRO. 20/03/2010<div align="center"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjHrSXH2HI0QKTKlIQNQun4wZ_TYP4OpUi6DV9EfoNmkLYWEGbnurERT_T3c0k43XWh-hYwphVcZrEyVwE0a1AbzF-egUKxyvOSDyIs5Wqkk9l-4zcRdWRF4UY7-s6dBM3aLCfbPG-cis/s1600-h/Jose+Hierro.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5451172775948346594" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 299px; CURSOR: hand; HEIGHT: 284px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjHrSXH2HI0QKTKlIQNQun4wZ_TYP4OpUi6DV9EfoNmkLYWEGbnurERT_T3c0k43XWh-hYwphVcZrEyVwE0a1AbzF-egUKxyvOSDyIs5Wqkk9l-4zcRdWRF4UY7-s6dBM3aLCfbPG-cis/s400/Jose+Hierro.jpg" border="0" /></a><br /><br /><strong><span style="color:#ffffff;">El 3 de abril de 1922 nace en Madrid José Hierro del Real . En 1924 su familia se traslada a Santander y en esta ciudad cursa estudios primarios en el Colegio de los Salesianos. Durante su infancia lee libros que influirán en si literatura posterior como " El alcázar de las perlas" de Francisco Villaespesa le influirá inconscientemente en el uso del eneasílabo romanceado, así como la obra de Gabriel Miró. En 1934 recibe un premio de cuento infantil, en el Ateneo Popular de Santander<br />Inicia en 1936 la carrera de perito electromecánico en la Escuela de Industrias, que se vio obligado a interrumpir en 1936, con el estallido de la Guerra Civil. Durante los años en que dura la guerra se afilia a la Unión de Escritores y Artistas Revolucionarios.<br />Al entrar las tropas del general Franco en la ciudad su padre es encarcelado, y él también corre la misma suerte. El 3 de septiembre de 1939 es detenido a consecuencia de sus actividades clandestinas de ayuda a los presos; ingresa en la Prisión Provincial y recorre una serie de cárceles del país como: Comendadoras (Madrid), Palencia, de nuevo Santander, Porlier y Torrijos (Madrid), Segovia y Alcalá de Henares. Es procesado dos veces y, finalmente, se lo condena a doce años y un día de reclusión; sin embargo, abandonará la cárcel en 1944, hasta ser puesto en libertad en Alcalá de Henares en 1944, y en marzo de ese mismo año muere su padre.<br />En prisión desarrolló una intensa actividad, y en los escritos de ese período quedaron plasmados muchos de los sucesos vividos durante la contienda, como la muerte de su padre, la interrupción de sus estudios y el descubrimiento de la Generación del 27, a través de la antología de Gerardo Diego.<br />Luego de ser puesto en Libertad José Hierro se traslada a Valencia donde se dedica por entero a escribir. Es es esta época participa en la fundación de la revista Corcel, y la revista Proel, en esta última publicó "Tierra sin nosotros", su primer libro de poemas, en 1947. En ese mismo año con su segunda obra "Alegría" obtuvo el Premio Adonais de poesía y también regresa a Santander donde vivirá hasta 1952.<br />Durante esos años realiza los mas diversos trabajos: listero en una empresa de construcción en Torrelavega, tornero en un taller de fundición en Maliaño, conferenciante por las bibliotecas de la provincia, redactor-jefe de las revistas de la Cámara de Comercio y de la Cámara Sindical Agraria, titulada esta última Tierras del Norte. Colabora con la revista Proel y en su sala de exposiciones, junto a Ricardo Gullón, a quien conoce a su regreso a aquella ciudad.<br />En 1949 contrae matrimonio con María de los Ángeles Torres. Publica el poema inédito El viento del sur, en tirada privada de cien ejemplares.<br />En 1952 se traslada a Madrid donde comienza a trabajar en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en el Ateneo, donde dirigirá la Sala de Santa Catalina, y en la Editora Nacional, donde desempeño diferentes trabajos: oficinista, encargado de ediciones, diseñando las cubiertas de los libros y corrigiendo pruebas de imprenta. Posteriormente, trabajará también en el departamento de promoción de la revista Reader’s Digest y en la revista Dunia, hasta que ésta se traslada a Barcelona. Trabajará, por último, en Radio Exterior de España y Radio 3, para incorporarse luego, definitivamente, a Radio Nacional de España, donde trabajará hasta 1987, año en que se jubila.<br />Durante todos esos años la actividad Literaria de José Hierro fue intensa. En 1953 Pablo Beltrán de Heredia le publica en Santander una Antología poética, por la que obtiene, en el mes de diciembre, el Premio Nacional de Poesía. En 1954 Ediciones Cantalapiedra publica en Santander la edición comercial de la "Antología poética". Un año mas tarde es publicada "Estatuas yacentes", en la Colección «Clásicos de todos los años», que edita en Santander, privadamente, Pablo Beltrán de Heredia.<br />Su libro libro "Cuanto sé de mí", se publica en 1957 y con él recibe el Premio de la Crítica. También se publica un volumen recopilatorio de los dos primeros libros de Hierro, precedidos de un prólogo suyo, con el título Poesía del momento. Comienza a escribir los poemas del "Libro de las alucinaciones", que se concluirá en 1963.<br />La Fundación March le concede el Premio de Poesía en 1960.<br />A principio de los años 60 Hierro realiza crítica de arte en diversas publicaciones, así como también dirige una tertulia poética en el Ateneo, que acaba siendo censurada, por problemas políticos, y tiene que trasladarse a la librería Abril, en la calle del Arenal; la tertulia de esta librería, dirigida por Carmina Abril, José Gerardo Manrique de Lara y José Hierro, se inaugura con una lectura de poemas por parte de Vicente Aleixandre.<br />En 1962 ve la luz la primera edición de sus "Poesías completas: 1944-1962" (Vicente Giner, Madrid). También es incluido en la antología "Veinte años de poesía española: 1939-1959", editada en Barcelona por José María Castellet.<br />Se publica el "Libro de las alucinaciones" en 1964 y en ese mismo año recibe el Premio de Crítica. Al año siguiente es incluido en Poesía española contemporánea. Antología (1939-1964). Poesía social, libro preparado para la Editorial Alfaguara por Leopoldo de Luis.<br />Con una tesis sobre Individuo y colectividad: El caso de José Hierro obtiene el título de Doctoró por la Universidad de Valencia Pedro J. de la Peña, que la propia Universidad editará en 1978.<br />Es nombrado en 1980 Miembro de Honor de la Society of Spanish and Spanish-American Studies. Aurora de Albornoz publica una extensa Antología de la obra poética de Hierro (Visor, Madrid), que tendrá una 2.ª edición en 1985.<br />En 1981 recibe el Premio Príncipe de Asturias de Literatura.<br />El Consejo de Gobierno de la Diputación Regional de Cantabria, le concede en 1982 el título de hijo adoptivo y poeta de Cantabria.<br />"Seis sonetos olvidados" y el libro "Emblemas neurorradiológicos", con ilustraciones de Jesús Muñoz es publicado en 1990 y también se le concede a José Hierro el Premio Nacional de las Letras españolas de este año.<br />Con el título de "Prehistoria literaria" son publicados en 1992 numerosos poemas, en su mayor parte inéditos. Esta obra, publicada por la misma editorial, que en 1947 sacara a la luz su primer trabajo, consta de una treintena de poemas escritos durante el bienio 1937-1938.<br />Un nutrido grupo de escritores y pintores le brinda homenaje en 1993 a través del libro "Encuentros con José Hierro", que es editado por el Ministerio de Cultura con motivo del Premio de las Letras Españolas obtenido por él en 1990.<br />Durante 1995 es galardonado con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el más importante en el ámbito poético español y es además es investido doctor honoris causa por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander.<br />Estuvo trabajando 7 años en su libro "Cuadernos de Nueva York" que se publica en 1998, el cual, esta compuesto por 32 poemas. Este libro es considera por la crítica como una obra mayor de la poesía contemporánea y fue galardonado el 27 de marzo de 1999 con el Premio de la Crítica en la modalidad de poesía. Es galardonado con el Premio de Literatura Miguel de Cervantes el 9 de diciembre de 1998. Un año mas tarde es elegido miembro de la Real Academia Española de la Lengua.<br />Falleció el 21 de diciembre del 2002 en Madrid, aquejado de una insuficiencia respiratoria el poeta que logró que se hablase de él por sus versos, que llevó en la sangre las letras con las que ha deslumbrado con sus poemas. Sin duda uno de los grandes escritores españoles de poesía del siglo XX.</span></strong><br /><br /><p align="center"><embed src="http://www.youtube.com/v/Gt18o1_Qlqw&hl=" width="320" height="265" type="application/x-shockwave-flash" allowfullscreen="true" allowscriptaccess="always" fs="1&"></embed></p><br /><br /><strong><span style="color:#ffff33;">APAGAMOS LAS MANOS. DEJAMOS ENCIMA DEL MAR MARCHITARSE LA LUNA ...</span><br /><br /><span style="color:#ffffff;">Apagamos las manos. Dejamos encima del mar marchitarse la luna<br />y nos pusimos a andar por la tierra cumplida de sombra.<br />Ahora ya es tarde. Las albas vendrán a ofrecernos sus húmedas flores.<br />Ciegos iremos. Callados iremos, mirando algo nuestro que escapa<br />hacia su patria remota.<br />(Nuestro espíritu debe de ser, que cabalga<br />sobre las olas.)<br /><br />Ahora ya es tarde. Apagamos las manos felices<br />y nos ponemos a andar por la tierra cumplida de sombra.<br />Hemos caído en un pozo que ahoga los sueños.<br />Hemos sentido la boca glacial de la muerte tocar nuestra boca.<br /><br />Antes, entonces, con qué gozo ardiente,<br />con qué prodigioso encenderse de aurora<br />modelamos en nieblas efímeras, en pasto de brisas ligeras,<br />nuestra cálida hora.<br />Y cómo apretamos las ubres calientes. Y cómo era hermoso<br />pensar que no había ni ayer, ni mañana, ni historia.<br /><br />Ahora ya es tarde; apagamos las manos felices<br />y nos ponemos a andar por la tierra cumplida de sombra.<br />Cómo errar por los años, como astros gemelos, sin fuego,<br />como astros sin luz que se ignoran.<br />Cómo andar, sin nostalgia, el camino, soñando dos sueños distintos<br />mientras en torno el amor se desploma.<br /><br />Ahora ya es tarde. Sabemos. Pensamos. (Buscábamos almas.)<br />Ahora sabemos que el alma no es piedra ni flor que se toca.<br />Como astros gemelos y ajenos pasamos, sabiendo<br />que el alma se niega si el cuerpo se niega.<br />Que nunca se logra si el cuerpo se logra.<br /><br />Dejamos encima del mar marchitarse la luna.<br />Cómo errar, por los años, sin gloria.<br />Cómo aceptar que las almas son vagos ensueños<br />que en sueños tan sólo se dan, y despiertos se borran.<br />Qué consuelo ha de haber, si lograr una gota de un alma<br />es pretender apresar el latir de la tierra, desnuda y redonda.<br />Estamos despiertos. Sabemos. Como astros soberbios, caídos,<br />sentimos la boca glacial de la muerte tocar nuestra boca.</span><br /><span style="color:#cc33cc;">De "Con las piedras, con el viento" 1950</span><br /><br /><br /><span style="color:#ffff33;">DOS FÁBULAS PARA TIEMPOS SOMBRÍOS</span><br /><span style="color:#ffffff;">Segunda fábula (El amor)<br />1. Génesis<br /><br />En el principio era el amor.<br />Cuando el alba buscaba un dueño.<br />Cuando todas las criaturas<br />llevaban sus cuerpos desiertos.<br /><br />En el principio era el amor.<br />En todo tenía su reino.<br />La noche entera era el latido<br />de tan hondo enamoramiento.<br /><br />El amor y las almas, juntos<br />fueron creando el Universo.<br />Las almas fueron su metal.<br />El amor su mágico fuego.<br /><br />En el principio era el amor.<br />Los cuerpos estaban desiertos,<br />y cada cuerpo buscó un alma<br />que lo tuviera prisionero.<br /><br />Para el cuerpo, recién nacido<br />de la noche, todo fue nuevo.<br />Ignoró, por no entristecerse,<br />que el alma tenía recuerdos.<br /><br />En el principio era el amor.<br /><br />2. Sin saberlo<br /><br />Alguna vez, un alma halló<br />el alma que la completaba.<br />Cuando los cuerpos se tuvieron,<br />olvidaron que había alma.<br /><br />No llegaron a lo que dura,<br />y gozaron de lo que pasa.<br />Luego se fueron, dividieron<br />el caudal de su única agua.<br />3. Segundo amor<br /><br />En el principio era el amor.<br />Sin el amor nada existía.<br />El alma que una vez amó,<br />nunca jamás se apagaría.<br />Volver a amar era intentar<br />tornar al punto de partida,<br />apresar humo, tocar cielos,<br />poseer la luz infinita.<br />Volver a amar era querer<br />revivir las flores marchitas.<br />Era escuchar la voz del alma<br />que llamaba al alma perdida.<br />Volver a amar era llorar<br />por la dicha desvanecida.<br />Era encontrar con quien partir<br />el pan y el vino de otros días.<br />Pero -de sobra lo sabemos-<br />sólo una vez se ama en la vida.<br />Volver a amar, es evocar<br />el amor que colmó la dicha.<br />Es, sin querer, hacer sufrir.<br />Sentir la rueda detenida.<br />Que si el espejo sufre, es porque<br />la vieja imagen está viva.<br />En el principio era el amor.<br /></span><span style="color:#cc33cc;">De "Con las piedras, con el viento" 1950</span><br /><br /><br /><span style="color:#ffff33;">UNA TARDE CUALQUIERA</span><br /><br /><span style="color:#ffffff;">Yo, José Hierro, un hombre<br />como hay muchos, tendido<br />esta tarde en mi cama,<br />volví a soñar.<br />(Los niños,<br />en la calle, corrían.)<br />Mi madre me dio el hilo<br />y la aguja, diciéndome:<br />«Enhébramela, hijo;<br />veo poco».<br />Tenía<br />fiebre. Pensé: —Si un grito<br />me ensordeciera, un rayo<br />me cegara… (Los niños<br />cantaban.) Lentamente<br />me fue invadiendo un frío<br />sentimiento, una súbita<br />desgana de estar vivo.<br />Yo, José Hierro, un hombre<br />que se da por vencido<br />sin luchar. (A la espalda<br />llevaba un cesto, henchido<br />de los más prodigiosos<br />secretos. Y cumplido,<br />el futuro, aguardándome<br />como a la hoz el trigo.)<br />Mudo, esta tarde, oyendo<br />caer la lluvia, he visto<br />desvanecerse todo,<br />quedar todo vacío.<br />Una desgana súbita<br />de vivir. («Toma, hijo,<br />enhébrame la aguja»,<br />dice mi madre.)<br />Amigos:<br />yo estaba muerto. Estaba<br />en mi cama, tendido.<br />Se está muerto aunque lata<br />el corazón, amigos.<br />Y se abre la ventana<br />y yo, sin cuerpo (vivo<br />y sin cuerpo, o difunto<br />y con vida), hundido<br />en el azul. (O acaso<br />sea el azul, hundido<br />en mi carne, en mi muerte<br />llena de vida, amigos:<br />materia universal,<br />carne y azul sonando<br />con un mismo sonido.)<br />Y en todo hay oro, y nada<br />duele ni pesa, amigos.<br />A hombros me llevan. Quién:<br />la primavera, el filo<br />del agua, el tiemblo verde<br />de un álamo, el suspiro<br />de alguien a quien yo nunca<br />había visto.<br />Y yo voy arrojando<br />ceniza, sombra, olvido.<br />Palabras polvorientas<br />que entristecen lo limpio:<br />Funcionario,<br />tintero,<br />30 días vista,<br />diferencial,<br />racionamiento,<br />factura,<br />contribución,<br />garantías…<br />Subo más alto. Aquí<br />todo es perfecto y rítmico.<br />Las escalas de plata<br />llevan de los sentidos<br />al silencio. El silencio<br />nos torna a los sentidos.<br />Ahora son las palabras<br />de diamante purísimo:<br />Roca,<br />águila,<br />playa,<br />palmera,<br />manzana,<br />caminante,<br />verano,<br />hoguera,<br />cántico…<br />… cántico. Yo, tendido<br />en mi cama. Yo, un hombre<br />como hay muchos, vencido<br />esta tarde (¿esta tarde<br />solamente?), he vivido<br />mis sueños (esta tarde<br />solamente), tendido<br />en mi cama, despierto,<br />con los ojos hundidos<br />aún en las ascuas últimas,<br />en las espumas últimas<br />del sueño concluido.</span><br /><br /><br /><span style="color:#ffff33;">PRELUDIO </span></strong></div><strong><span style="color:#ffff33;"></span><div align="center"><br /><span style="color:#ffffff;">Después de miles, de millones de años,<br />mucho después<br />de que los dinosaurios se extinguieran,<br />llegaba a este lugar.<br />Lo acompañaban otros como él,<br />erguidos como él<br />(como él, probablemente, algo encorvados).<br /><br />A partir de onomatopeyas ,<br />de monosílabos, gruñidos,<br />desarrolló un sistema de secuencias sonoras.<br />Podría así memorizar sucesos del pasado,<br />articular sus adivinaciones,<br />pues el presente -él lo intuía- no comienza ni finaliza<br />en sí mismo, sino que es punto de intersección<br />entre lo sucedido y lo por suceder,<br />llama entre la madera y la ceniza.<br /><br />Los sonidos domesticados decían<br />mucho más de lo que decían<br />(originaban círculos concéntricos<br />-como la piedra arrojada al agua-<br />que se multiplicaban, se expandían,<br />se atenuaban hasta regresar a la lisura y el sosiego):<br />y todos percibían su esencia misteriosa<br />que no sabían descifrar.<br />Con reverencia temerosa<br />escuchaban mensajes tan incomprensibles<br />como los de la llama, la ola, el trueno<br />(tal vez con la misma inquietud con que escuchamos al doctor<br />que diagnostica nuestro mal<br />utilizando tecnicismos nunca oídos,<br />de manera que no sabemos<br />si -impasible y profesional-<br />es nuestra muerte lo que anuncia<br />o es la vida).<br /><br />Nadie comprendió entonces sus palabras.<br />Por eso andan, ahora, las palabras<br />pasando por los vientos,<br />ávidas de que alguno las recoja<br />siglos después de pronunciadas.<br />Y aquí están aguardando que alguno las escuche,<br />aquí en el lugar mismo en donde fueron pronunciadas,<br />aquí donde confluyen<br />Broadway y la Séptima Avenida.<br />Fue aquí donde él me vio,<br />donde narró la crónica<br />de este instante en que estoy evocándolo.<br />Aquí, entre anuncios luminosos,<br />en la ciudad de Nueva York.</span><br /><span style="color:#cc33cc;">De "Cuaderno de Nueva York" 1998</span><br /><br /><br /><span style="color:#ffff33;">COMO LA ROSA: NUNCA ...</span> </div><div align="center"><br /><span style="color:#ffffff;">Como la rosa: nunca<br />te empañe un pensamiento.<br />No es para ti la vida<br />que te nace de dentro.<br />Hermosura que tenga<br />su ayer en su momento.<br />Que en sólo tu apariencia<br />se guarde tu secreto.<br />Pasados no te brinden<br />su inquietante misterio.<br />Recuerdos no te nublen<br />el cristal de tus sueños.<br />Cómo puede ser bella<br />flor que tiene recuerdos.</span><br /><span style="color:#cc33cc;">De "Con las piedras, con el viento" 1950</span><br /><br /><br /><span style="color:#ffff33;">CAE EL SOL </span></div><span style="color:#ffff33;"><div align="center"><br /></span><span style="color:#ffffff;">Perdóname. No volverá a ocurrir.<br />Ahora quisiera<br />meditar, recogerme, olvidar: ser<br />hoja de olvido y soledad.<br />Hubiera sido necesario el viento<br />que esparce las escamas del otoño<br />con rumor y color.<br />Hubiera sido necesario el viento.<br /><br />Hablo con humildad,<br />con la desilusión, la gratitud<br />de quien vivió de la limosna de la vida.<br />Con la tristeza de quien busca<br />una pobre verdad en que apoyarse y descansar.<br />La limosna fue hermosa -seres, sueños, sucesos, amor-,<br />don gratuito, porque nada merecí.<br />¡Y la verdad! ¡Y la verdad!<br />Buscada a golpes, en los seres,<br />hiriéndolos e hiriéndome;<br />hurgada en las palabras;<br />cavada en lo profundo de los hechos<br />-mínimos, gigantescos, qué más da:<br />después de todo, nadie sabe<br />qué es lo pequeño y qué lo enorme;<br />grande puede llamarse a una cereza<br />( "hoy se caen solas las cerezas",<br />me dijeron un día, y yo sé por qué fue ),<br />pequeño puede ser un monte,<br />el universo y el amor.<br />Se me había olvidado algo<br />que había sucedido.<br />Algo de lo que yo me arrepentía<br />o, tal vez, me jactaba.<br />Algo que debió ser de otra manera.<br />Algo que era importante<br />porque pertenecía a mi vida: era mi vida.<br />(Perdóname si considero importante mi vida:<br />es todo lo que tengo, lo que tuve;<br />hace ya mucho tiempo, yo la habría vivido<br />a oscuras, sin lengua, sin oídos, sin manos,<br />colgado en el vacío,<br />sin esperanza.)<br />Pero se me ha borrado<br />la historia (la nostalgia)<br />y no tengo proyectos<br />para mañana, ni siquiera creo<br />que exista ese mañana (la esperanza).<br />Ando por el presente<br />y no vivo el presente<br />(la plenitud en el dolor y la alegría).<br />Parezco un desterrado<br />que ha olvidado hasta el nombre de su patria,<br />su situación precisa, los caminos<br />que conducen a ella.<br />Perdóname que necesite<br />averiguar su sitio exacto.<br />Y cuando sepa dónde la perdí,<br />quiero ofrecerte mi destierro, lo que vale<br />tanto como la vida para mí, que es su sentido.<br />Y entonces, triste, pero firme,<br />perdóname, te ofreceré una vida<br />ya sin demonio ni alucinaciones.<br /></span><span style="color:#cc33cc;">De "Libro de las alucinaciones" 1964</span><br /><br /><br /><span style="color:#ffff33;">PASEO </span></div><span style="color:#ffff33;"></span><div align="center"><br /><span style="color:#ffffff;">Sin ternuras, que entre nosotros<br />sin ternuras nos entendemos.<br />Sin hablarnos, que las palabras<br />nos desaroman el secreto.<br />¡Tantas cosas nos hemos dicho<br />cuando no era posible vernos!<br />¡Tantas cosas vulgares, tantas<br />cosas prosaicas, tantos ecos<br />desvanecidos en los años,<br />en la oscura entraña del tiempo!<br />Son esas fábulas lejanas<br />en las que ahora no creemos.<br />Es octubre. Anochece. Un banco<br />solitario. Desde él te veo<br />eternamente joven, mientras<br />nosotros nos vamos muriendo.<br />Mil novecientos treinta y ocho.<br />La Magdalena. Soles. Sueños.<br />Mil novecientos treinta y nueve,<br />¡comenzar a vivir de nuevo!<br />Y luego ya toda la vida.<br />Y los años que no veremos.<br />Y esta gente que va a sus casas,<br />a sus trabajos, a sus sueños.<br />Y amigos nuestros muy queridos,<br />que no entrarán en el invierno.<br />Y todo ahogándonos, borrándonos.<br />Y todo hiriéndonos, rompiéndonos.<br />Así te he visto: sin ternuras,<br />que sin ellas nos entendemos.<br />Pensando en ti como no eres,<br />como tan solo yo te veo.<br />Intermedio prosaico para<br />soñar una tarde de invierno.</span><br /><span style="color:#cc33cc;">De "Quinta del 42" 1952</span><br /><br /><br /><span style="color:#ffff33;">RESPUESTA</span> </div><div align="center"><br /><span style="color:#ffffff;">Quisiera que tú me entendieras a mí sin palabras.<br />Sin palabras hablarte, lo mismo que se habla mi gente.<br />Que tú me entendieras a mí sin palabras<br />como entiendo yo al mar o a la brisa enredada en un álamo verde.<br />Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte,<br />hace ya mucho tiempo aprendí hondas razones que tú no comprendes.<br />Revelarlas quisiera, poniendo en mis ojos el sol invisible,<br />la pasión con que dora la tierra sus frutos calientes.<br />Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte.<br />Siento arder una loca alegría en la luz que me envuelve.<br />Yo quisiera que tú la sintieras también inundándote el alma,<br />yo quisiera que a ti, en lo más hondo, también te quemase y te hiriese.<br />Criatura también de alegría quisiera que fueras,<br />criatura que llega por fin a vencer la tristeza y la muerte.<br />Si ahora yo te dijera que había que andar por ciudades perdidas<br />y llorar en sus calles oscuras sintiéndote débil,<br />y cantar bajo un árbol de estío tus sueños oscuros,<br />y sentirte hecho de aire y de nube y de hierba muy verde...<br />Si ahora yo te dijera<br />que es tu vida esa roca en que rompe la ola,<br />la flor misma que vibra y se llena de azul bajo el claro nordeste,<br />aquel hombre que va por el campo nocturno llevando una antorcha,<br />aquel niño que azota la mar con su mano inocente...<br />Si yo te dijera estas cosas, amigo,<br />¿qué fuego pondría en mi boca, qué hierro candente,<br />qué olores, colores, sabores, contactos, sonidos?<br />Y ¿cómo saber si me entiendes?<br />¿Cómo entrar en tu alma rompiendo sus hielos?<br />¿Cómo hacerte sentir para siempre vencida la muerte?<br />¿Cómo ahondar en tu invierno, llevar a tu noche la luna,<br />poner en tu oscura tristeza la lumbre celeste?<br />Sin palabras, amigo; tenía que ser sin palabras como tú me entendieses.<br /></span><span style="color:#cc33cc;">De "Alegría" 1947</span><br /></strong></div>las musashttp://www.blogger.com/profile/10420120013341537993noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2439018084959961218.post-23148503302128406802010-03-14T14:53:00.008+01:002010-03-14T15:18:14.739+01:00JORNADA POÉTICA DE PABLO NERUDA. 13/03/2010<div align="center"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCrt-MIPW3AlRoHgjqyxuAX5hBzRR6SbpEBu4mTQQlWcq5ILcx-JpB0u59NxbtVNcgvZy1ddiT3wQ1Lhc0hQxCgHK3-I2DSIh_RD4hnIlbHFi5jnPTzIeo_xUn5YvuupRLWzkJLowYldo/s1600-h/NERUDA.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5448487493712206530" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 392px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCrt-MIPW3AlRoHgjqyxuAX5hBzRR6SbpEBu4mTQQlWcq5ILcx-JpB0u59NxbtVNcgvZy1ddiT3wQ1Lhc0hQxCgHK3-I2DSIh_RD4hnIlbHFi5jnPTzIeo_xUn5YvuupRLWzkJLowYldo/s400/NERUDA.jpg" border="0" /></a><br /><br /><br /><br /><strong><span style="color:#ffffff;">Neftalí Ricardo Reyes Basoalto, nombre auténtico de Pablo Neruda<br />—seudónimo que utilizó por primera vez en 1920 y adoptó desde 1946—, nació el 12 de julio de 1904 en Parral, Chile, pero se crió en<br />la localidad de Temuco, entre «la poesía y la lluvia», como diría en sus memorias. Sus padres fueron Rosa Basoalto, que murió de tuberculosis cuando tenía un mes de nacido, y José del Carmen Reyes, quien abandonó el campo para trabajar como obrero en los diques del puerto de Talcahuano, hasta alcanzar el cargo de ferroviario en Temuco. Neruda aprendió a amar la naturaleza en sus años de infancia, durante sus recorridos en tren hacia la exuberante vegetación de Boroa. La región había sido en el pasado escenario de enfrentamientos entre los conquistadores españoles y los araucanos, que con el tiempo fueron despojados de su territorio y posteriormente aniquilados por los colonos protagonistas de la «pacificación de la Araucanía». Esas frías y húmedas tierras australes, bordeadas por el más puro océano Pacífico, emergen en una poética de la desesperanza, de la soledad del ser humano y del amor, como en Veinte poemas de amor y una canción desesperada, libro que llevó a su autor a los circuitos internacionales y le dio una fama similar a la de Rubén Darío, hasta hacerlo merecedor del Premio Nobel en 1971.<br />Poco se ha hablado de la infancia del joven Neftalí, pero conviene señalar que estuvo marcada por extrañas relaciones filiales. El padre contrajo segundas nupcias con Trinidad Candia Marverde. Neruda conservó de ella los recuerdos más gratos, pero en cambio no tuvo ninguna relación con el hermano mayor, nacido de la relación clandestina entre su padre y Trinidad. El afecto fue para la hermana menor, fruto de una nueva infidelidad del padre, que la esposa acogió en su seno. Neruda establecería con Laura Reyes, que así se llamaba su hermana, una complicidad de la que queda constancia en la amorosa correspondencia que mantuvo con ella. A Laura le confió su pasión por la poesía, a la que se entregó desde que inició sus estudios en el Liceo de Varones de Temuco.<br />Al terminar el bachillerato continuó con los estudios de francés y más tarde, en la Universidad de Santiago, siguió la carrera diplomática. A la edad de 16 años adoptó como seudónimo el apellido del poeta checo Jan Neruda. Su primera publicación fue el artículo «Entusiasmo y perseverancia», aparecido en el diario de Temuco La Mañana. Animado por la ya reconocida poeta Gabriela Mistral, que trabajaba como directora del vecino Liceo de Niñas de la misma localidad, Neruda se inició en la lectura de los clásicos rusos. Tres años más tarde ganó el primer premio de la Fiesta de la Primavera de su ciudad con unos poemas firmados con el nombre que lo da a conocer como una de cimas de la literatura en lengua española. En 1920, lo encontramos en una frenética actividad cultural, como presidente del Ateneo Literario del Liceo de Temuco y como secretario de la asociación. Muchos de los poemas publicados en esa etapa se recogen en la primera edición de Crepusculario, de 1923, realizada gracias a un préstamo del crítico chileno Hernán Díaz Arrieta. Al año siguiente publica Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Estos primeros libros, influidos aún por el modernismo, refieren la melancolía y el dolor por la ausencia de la mujer amada. En 1925 dirige la revista Caballo de Bastos, y es a partir de entonces cuando se propone una renovación formal de intención vanguardista en tres breves libros: la novela El habitante y su esperanza; el poemario Anillos, escrito en colaboración con Tomás Lago; y Tentativa del hombre infinito.<br />En 1927 inicia la carrera diplomática, que lo lleva por tierras de Birmania, Singapur, Java, China, Argentina, España y París, donde conoce al poeta peruano César Vallejo, a quien le unió una amistad de por vida. Posteriormente viaja a México, Guatemala y Cuba. El diario argentino La Nación publica sus crónicas de viaje. En 1930, durante su etapa de cónsul en Batavia (Java), se casó con María Antonieta Agenaar, joven holandesa con quien regresó a Chile en 1932 y con quien tuvo a su hija Malva Marina, nacida en 1934 y fallecida a los ocho años. De 1933 es la primera edición de El hondero entusiasta, un libro influido por el uruguayo Sabat Ercasty y cuyos poemas formarán parte de Residencia. Ese mismo año es nombrado cónsul en Buenos Aires, donde conoce a Federico García Lorca, que llegó a esa ciudad a estrenar su obra Bodas de sangre.<br />De Buenos Aires se trasladó a Barcelona y luego a Madrid, de modo que reside en España entre 1934 y 1936. En este país conoce a Miguel Hernández, León Felipe, Rafael Alberti, Gerardo Diego, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Manuel Altolaguirre, Jorge Guillén, Luis Rosales, etc. A ellos lo unió una fraterna amistad basada en la solidaridad, y sobre todo en la alegría. La Castellana y el barrio de Argüelles fueron los lugares más transitados por estos poetas, que iban de la madrileña cervecería de Correos hasta la Casa de las Flores, donde residía Neruda. En la cripta de Pombo conoce a Ramón Gómez de la Serna, el acumulador de un universo secreto que cambiaría la sintaxis del idioma, imprimiendo su huella en él, según sugiere en sus memorias. En cambio, el encuentro con Juan Ramón Jiménez, que muy poco tenía que ver con estos jóvenes, fue menos feliz, sobre todo porque las posturas estéticas de éste chocaban con la nerudiana idea de la poesía: «Una poesía impura, como un traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición y actividades vergonzosas, con arrugas, observaciones, sueños, vigilias, profecías, declaraciones de amor y de odio, bestias, sacudidas, idilios, creencias políticas, negaciones, dudas, afirmaciones, impuestos». En 1935 Neruda dirige la revista Caballo Verde para la Poesía a petición de su fundador, Manuel Altolaguirre, quien le presenta a Delia del Carril, su segunda esposa, de quien se separará en 1956<br />El asesinato de Federico García Lorca en Granada el verano de 1936, al comienzo de la guerra, lo afectó tanto que en sus memorias confesaría: «[...] la guerra de España, que cambió mi poesía, comenzó para mí con la desaparición de un poeta». Por su apoyo a la República fue destituido de su cargo consular. Cuando se acercaba la derrota de la República se editó España en el corazón, poema que hará parte de Tercera residencia. De individualista y hermética, su poesía pasará a ser mucho más comprometida social y políticamente. El libro había sido editado en medio de la adversidad y tanto Manuel Altolaguirre como muchos de quienes trabajaron en la imprenta emprendieron la larga marcha hacia Francia, acarreando entre sus pertenencias sacos de ejemplares que sufrieron las consecuencias de los bombardeos.<br />En 1939, el gobierno chileno del Frente Popular lo nombra cónsul<br />en París y a cargo de la inmigración española. Organiza el viaje del Winnipeg, barco fletado por el gobierno de la República española para llevar refugiados a Chile. Al año siguiente es nombrado cónsul general<br />en México. Al regresar de su cargo, en 1943, visita en Perú las ruinas<br />de Machu Picchu de donde surge el célebre poema Alturas de Machu Picchu. En 1945, ya en su país, fue elegido senador por el Partido Comunista y galardonado con el Premio Nacional de Literatura. En 1948, el presidente chileno Gabriel González Videla abrió una campaña de persecución contra los sindicatos y la oposición, que llevó a Neruda<br />a la clandestinidad y el exilio. A raíz de la ilegalización del Partido Comunista, en 1949 el poeta se refugió en varios países europeos, Francia e Italia entre ellos. En 1950 recibe el Premio Internacional de la Paz. Dos años después regresa a su patria temporalmente y vuelve a ser distinguido con otro premio, esta vez el Stalin de la Paz, en 1953.<br />En 1958 Neruda publica Estravagario, libro que implica un cambio en su poesía, en cuanto que recupera el sentido del humor de algunos de sus primeros textos, supera el dramatismo, es mucho más lúdico y vuelve a reencontrarse con la vanguardia, incluso con el surrealismo. Por estas fechas se ha consolidado como uno de los poetas más grandes de la lengua y como una figura pública de relieve internacional. En 1962 es nombrado académico de la Facultad de Filosofía y Educación de la Universidad de Chile. Nicanor Parra, miembro de la Facultad de Ciencias Físicas, lee el discurso de presentación. En 1965 se le otorga el título de doctor honoris causa de la Universidad de Oxford. En 1966 se casa con quien será su compañera el resto de la vida, Matilde Urrutia, después de llevar ese amor en secreto durante diecisiete años.<br />En 1969 se le nombra miembro honorario de la Academia Norteamericana de Artes y Letras y doctor honoris causa de la Universidad Católica de Chile. El Partido Comunista de Chile lo designa como precandidato para las elecciones presidenciales de septiembre del año siguiente. A comienzos de 1970 renuncia a su candidatura en favor de Salvador Allende. Publica en ese año: Maremoto, La espada encendida y Las piedras de Chile. En 1971 viaja a Estocolmo a recibir el Premio Nobel de Literatura. A partir de abril de ese año representa al gobierno de la Unidad Popular en Francia como embajador. En 1972 recibe el Premio Lenin de la Paz. Ese año regresa definitivamente a Chile y es aclamado por el pueblo chileno con un apoteósico homenaje en el Estadio Nacional de Santiago. En 1973, a raíz de las elecciones parlamentarias del mes de marzo, publica Incitación al nixonicidio y Alabanza de la revolución chilena. El 11 de septiembre de 1973 se produce el derrocamiento del presidente constitucional Salvador Allende; las casas de Neruda en Santiago y Valparaíso son destruidas por los militares y la vida del poeta se apaga doce días después, el 23 de septiembre, dejándonos en muchos de sus versos la intuición de lo que está más allá de la muerte: «No crean que voy a morirme, me pasa todo lo contrario, sucede que voy a vivirme, sucede que soy y que sigo».<br />(Biblioteca Cervantes Virtual)<br /></span></strong><br /><br /><embed src="http://www.youtube.com/v/jF79a4K9wGg&hl=" fs="1&" width="320" height="265" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true"></embed><br /><span style="color:#ffff33;">LLENATE DE MI<br /></span><br /><br />Llénate de mí.<br />Ansíame, agótame, viérteme, sacrifícame.<br />Pídeme. Recógeme, contiéneme, ocúltame.<br />Quiero ser de alguien, quiero ser tuyo, es tu hora.<br />Soy el que pasó saltando sobre las cosas,<br />el fugante, el doliente.<br /><br />Pero siento tu hora,<br />la hora de que mi vida gotee sobre tu alma,<br />la hora de las ternuras que no derramé nunca,<br />la hora de los silencios que no tienen palabras,<br />tu hora, alba de sangre que me nutrió de angustias,<br />tu hora, medianoche que me fue solitaria.<br /><br />Libértame de mí. Quiero salir de mi alma.<br />Yo soy esto que gime, esto que arde, esto que sufre.<br />Yo soy esto que ataca, esto que aúlla, esto que canta.<br />No, no quiero ser esto.<br />Ayúdame a romper estas puertas inmensas.<br />Con tus hombros de seda desentierra estas anclas.<br />Así crucificaron mi dolor una tarde.<br />Libértame de mí. Quiero salir de mi alma.<br /><br />Quiero no tener límites y alzarme hacia aquel astro.<br />Mi corazón no debe callar hoy o mañana.<br />Debe participar de lo que toca,<br />debe ser de metales, de raíces, de alas.<br />No puedo ser la piedra que se alza y que no vuelve,<br />no puedo ser la sombra que se deshace y pasa.<br /><br />No, no puede ser, no puede ser, no puede ser.<br />Entonces gritaría, lloraría, gemiría.<br />No puede ser, no puede ser.<br />Quién iba a romper esta vibración de mis alas?<br />Quién iba a exterminarme? Qué designio, qué palabra?<br />No puede ser, no puede ser, no puede ser.<br />Libértame de mí. Quiero salir de mi alma.<br /><br />Porque tú eres mi ruta. Te forjé en lucha viva.<br />De mi pelea oscura contra mí mismo, fuiste.<br />Tienes de mí ese sello de avidez no saciada.<br />Desde que yo los miro tus ojos son más tristes.<br />Vamos juntos, Rompamos este camino juntos.<br />Será la ruta tuya. Pasa. Déjame irme.<br />Ansíame, agótame, viérteme, sacrifícame.<br />Haz tambalear los cercos de mis últimos límites.<br /><br />Y que yo pueda, al fin, correr en fuga loca,<br />inundando las tierras como un río terrible,<br />desatando estos nudos, ah Dios mío, estos nudos<br />destrozando,<br />quemando,<br />arrasando<br />como una lava loca lo que existe,<br />correr fuera de mí mismo, perdidamente,<br />libre de mí, furiosamente libre.<br />Irme,<br />Dios mío,<br />irme!<br /><br /><br /><span style="color:#ffff66;">TANGO DEL VIUDO</span><br /><br /><br />Oh maligna, ya habrás hallado la carta, ya habrás llorado de furia,<br />y habrás insultado el recuerdo de mi madre<br />llamándola perra podrida y madre de perros,<br />ya habrás bebido sola, solitaria, el té del atardecer<br />mirando mis viejos zapatos vacíos para siempre<br />y ya no podrás recordar mis enfermedades, mis sueños nocturnos,<br />mis comidas,<br />sin maldecirme en voz alta como si estuviera allí aún<br />quejándome del trópico de los coolíes corringhis,<br />de las venenosas fiebres que me hicieron tanto daño<br />y de los espantosos ingleses que odio todavía.<br /><br />¡Maligna, la verdad, qué noche tan grande, qué tierra tan sola!<br />He llegado otra vez a los dormitorios solitarios,<br />a almorzar en los restaurantes comida fría, y otra vez<br />tiro al suelo los pantalones y las camisas,<br />no hay perchas en mi habitación, ni retratos de nadie en las paredes.<br />Cuánta sombra de la que hay en mi alma daría por recobrarte,<br />y qué amenazadores me parecen los nombres de los meses,<br />y la palabra invierno qué sonido de tambor lúgubre tiene.<br /><br />Enterrado junto al cocotero hallarás más tarde<br />el cuchillo que escondí allí por temor de que me mataras,<br />y ahora repentinamente quisiera oler su acero de cocina<br />acostumbrado al peso de tu mano y al brillo de tu pie:<br />bajo la humedad de la tierra, entre las sordas raíces,<br />de los lenguajes humanos el pobre sólo sabría tu nombre,<br />y la espesa tierra no comprende tu nombre<br />hecho de impenetrables substancias divinas.<br /><br />Así como me aflige pensar en el claro día de tus piernas<br />recostadas como detenidas y duras aguas solares,<br />y la golondrina que durmiendo y volando vive en tus ojos,<br />y el perro de furia que asilas en el corazón,<br />así también veo las muertes que están entre nosotros desde ahora,<br />y respiro en el aire la ceniza y lo destruido,<br />el largo, solitario espacio que me rodea para siempre.<br /><br />Daría este viento del mar gigante por tu brusca respiración<br />oída en largas noches sin mezcla de olvido,<br />uniéndose a la atmósfera como el látigo a la piel del caballo.<br />Y por oírte orinar, en la oscuridad, en el fondo de la casa,<br />como vertiendo una miel delgada, trémula, argentina, obstinada,<br />cuántas veces entregaría este coro de sombras que poseo,<br />y el ruido de espadas inútiles que se oye en mi alma,<br />y la paloma de sangre que está solitaria en mi frente<br />llamando cosas desaparecidas, seres desaparecidos,<br />substancias extrañamente inseparables y perdidas.<br /><br /><br /><span style="color:#ffff66;">POEMA 20 ...Puedo escribir los versos más tristes está noche</span>..<br /><br /><br />Puedo escribir los versos más tristes está noche.<br />Escribir, por ejemplo: «La noche esta estrellada,<br />y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».<br />El viento de la noche gira en el cielo y canta.<br />Puedo escribir los versos más tristes esta noche.<br />Yo la quise, y a veces ella también me quiso.<br />En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.<br />La besé tantas veces bajo el cielo infinito.<br />Ella me quiso, a veces yo también la quería.<br />Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.<br />Puedo escribir los versos más tristes esta noche.<br />Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.<br />Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.<br />Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.<br />Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.<br />La noche está estrellada y ella no está conmigo.<br />Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.<br />Mi alma no se contenta con haberla perdido.<br />Como para acercarla mi mirada la busca.<br />Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.<br />La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.<br />Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.<br />Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.<br />Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.<br />De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.<br />Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.<br />Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.<br />Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.<br />Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,<br />mi alma no se contenta con haberla perdido.<br />Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,<br />y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.<br /><br /><br /><span style="color:#ffff66;">ODA A LA GUITARRA<br /></span>Delgada<br />línea pura<br />de corazón sonoro.<br />Eres la claridad cortada al vuelo:<br />cantando sobrevives,<br />todo se irá menos tu forma.<br /><br />No sé si el llanto ronco<br />que de ti se desploma,<br />tus toques de tambor, tu<br />enjambre de alas,<br />será de ti lo mío,<br />o si eres<br />en silencio<br />más decididamente arrobadora,<br />sistema de paloma<br />o de cadera,<br />molde que de su espuma<br />resucita<br />y aparece, turgente, reclinada<br />y resurrecta rosa.<br />Debajo de una higuera,<br />cerca del ronco y raudo Bio-Bio,<br />guitarra,<br />saliste de tu nido como un ave<br />y a unas manos<br />morenas<br />entregaste<br />las citas enterradas,<br />los sollozos oscuros,<br />la cadena sin fin de los adioses.<br />De ti salía el canto,<br />el matrimonio<br />que el hombre<br />consumó con su guitarra,<br />los olvidados besos,<br />la inolvidable ingrata,<br />y así se tranasformó<br />la noche entera<br />en estrellada caja<br />de guitarra,<br />temblando el firmamento<br />con su copa sonora<br />y el río<br />sus infinitas cuerdas<br />afinaba<br />arrastrando hacia el mar<br />una marea pura<br />de aromas y lamentos.<br /><br />¡Oh! soledad sabrosa<br />con noche venidera,<br />soledad como el pan terrestre,<br />soledad con un río de guitarras.<br />El mundo se recoge<br />en una sola gota<br />de miel, en una estrella,<br />todo es azul entre las hojas,<br />toda la altura temblorosa<br />canta.<br /><br /><br /><span style="color:#ffff66;">WALKING AROUND</span><br /><br /><br />Sucede que me canso de ser hombre.<br />Sucede que entro en las sastrerías y en los cines<br />marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro<br />navegando en un agua de origen y ceniza.<br /><br />El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.<br />Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,<br />sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,<br />ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.<br /><br />Sucede que me canso de mis pies y mis uñas<br />y mi pelo y mi sombra.<br />Sucede que me canso de ser hombre.<br /><br />Sin embargo sería delicioso<br />asustar a un notario con un lirio cortado<br />o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.<br />Sería bello<br />ir por las calles con un cuchillo verde<br />y dando gritos hasta morir de frío.<br /><br />No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,<br />vacilante, extendido, tiritando de sueño,<br />hacia abajo, en las tripas mojadas de la tierra,<br />absorbiendo y pensando, comiendo cada día.<br /><br />No quiero para mí tantas desgracias.<br />No quiero continuar de raíz y de tumba,<br />de subterráneo solo, de bodega con muertos,<br />aterido, muriéndome de pena.<br /><br />Por eso el día lunes arde como el petróleo<br />cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,<br />y aúlla en su transcurso como una rueda herida,<br />y da pasos de sangre caliente hacia la noche.<br /><br />Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,<br />a hospitales donde los huesos salen por la ventana,<br />a ciertas zapaterías con olor a vinagre,<br />a calles espantosas como grietas.<br /><br />Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos<br />colgando de las puertas de las casas que odio,<br />hay dentaduras olvidadas en una cafetera,<br />hay espejos<br />que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,<br />hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.<br /><br />Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,<br />con furia, con olvido,<br />paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,<br />y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:<br />calzoncillos, toallas y camisas que lloran lentas lágrimas sucias.<br /><br /><br /><span style="color:#ffff66;">DEMASIADOS NOMBRES<br /></span><br /><br />Se enreda el lunes con el martes<br />y la semana con el año:<br />no se puede cortar el tiempo<br />con tus tijeras fatigadas,<br />y todos los nombres del día<br />los borra el agua de la noche.<br /><br />Nadie puede llamarse Pedro,<br />ninguna es Rosa ni María,<br />todos somos polvo o arena,<br />todos somos lluvia en la lluvia.<br />Me han hablado de Venezuelas,<br />de Paraguayes y de Chiles,<br />no sé de lo que están hablando:<br />conozco la piel de la tierra<br />y sé que no tiene apellido.<br /><br />Cuando viví con las raíces<br />me gustaron más que las flores,<br />y cuando hablé con una piedra<br />sonaba como una campana.<br /><br />Es tan larga la primavera<br />que dura todo el invierno:<br />el tiempo perdió los zapatos:<br />un año tiene cuatro siglos.<br /><br />Cuando duermo todas las noches,<br />cómo me llamo o no me llamo?<br />Y cuando me despierto quién soy<br />si no era yo cuando dormía?<br /><br />Esto quiere decir que apenas<br />desembarcamos en la vida,<br />que venimos recién naciendo,<br />que no nos llenemos la boca<br />con tantos nombres inseguros,<br />con tantas etiquetas tristes,<br />con tantas letras rimbombantes,<br />con tanto tuyo y tanto mío,<br />con tanta firma en los papeles.<br /><br />Yo pienso confundir las cosas,<br />unirlas y recién nacerlas,<br />entreverarlas, desvestirlas,<br />hasta que la luz del mundo<br />tenga la unidad del océano,<br />una integridad generosa,<br />una fragancia crepitante.<br /><br /><br /><span style="color:#ffff66;">LA LLUVIA</span><br /><br /><br />NO, que la reina no reconozca<br />tu rostro, es más dulce<br />así, amor mío, lejos de las efigies, el peso<br />de tu cabellera en mis manos, recuerdas<br />el árbol de Mangareva cuyas flores caían<br />sobre tu pelo? Estos dedos no se parecen<br />a los pétalos blancos: míralos, son como raíces,<br />son como tallos de piedra sobre los que resbala<br />el lagarto. No temas, esperemos que caiga la<br />lluvia, desnudos,<br />la lluvia, la misma que cae sobre Manu Tara.<br /><br />Pero así como el agua endurece sus rasgos en la<br />piedra,<br />sobre nosotros cae llevándonos suavemente<br />hacia la oscuridad, más abajo del agujero<br />de Ranu Raraku. Por eso<br />que no te divise el pescador ni el cántaro.<br />Sepulta<br />tus pechos de quemadura gemela en mi boca,<br />y que tu cabellera sea una pequeña noche mía,<br />una oscuridad cuyo perfume mojado me cubre.<br /><br />De noche sueño que tú y yo somos dos plantas<br />que se elevaron juntas, con raíces enredadas,<br />y que tú conoces la tierra y la lluvia como mi<br />boca,<br />porque de tierra y de lluvia estamos hechos.<br />A veces<br />pienso que con la muerte dormiremos abajo,<br />en la profundidad de los pies de la efigie,<br />mirando<br />el Océano que nos trajo a construir y a amar.<br /><br />Mis manos no eran férreas cuando te conocieron, las<br />aguas<br />de otro mar las pasaban como a una red; ahora<br />agua y piedras sostienen semillas y secretos.<br /><br />Ámame dormida y desnuda, que en la orilla<br />eres como la isla: tu amor confuso, tu amor<br />asombrado, escondido en la cavidad de los sueños,<br />es como el movimiento del mar que nos rodea.<br /><br />Y cuando yo también vaya durmiéndome<br />en tu amor, desnudo,<br />deja mi mano entre tus pechos para que palpite<br />al mismo tiempo que tus pezones mojados en<br />la lluvia.<br /><br /><embed src="http://www.youtube.com/v/U1Z56N2Fx_U&hl=" fs="1&" width="320" height="265" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true"></embed></div>las musashttp://www.blogger.com/profile/10420120013341537993noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2439018084959961218.post-57312992272360935432010-03-09T20:06:00.006+01:002010-03-09T20:42:41.348+01:00DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER. MUJERES POETAS. 08/03/2010<div align="center"><strong></strong><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZG2Bqwh2ML0I2-e9YRcSe3-nt9LPZdf10ikWPCuU0PnwwrafCl-xWTzzmJvRA6u4AQo__uukMlB1A98GW3TnBoH5bXiITpUm6RAAHvNENrqmm7ZwxGCfnS-MrF1hGE8Fl81BXXBsCuoY/s1600-h/mujeres.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5446712810911973346" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 311px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiZG2Bqwh2ML0I2-e9YRcSe3-nt9LPZdf10ikWPCuU0PnwwrafCl-xWTzzmJvRA6u4AQo__uukMlB1A98GW3TnBoH5bXiITpUm6RAAHvNENrqmm7ZwxGCfnS-MrF1hGE8Fl81BXXBsCuoY/s400/mujeres.jpg" border="0" /></a><br /><br /><span style="color:#ffff00;">CARILDA OLIVER LABRA<br />EL DISCURSO DE EVA</span><br />Hoy te saludo brutalmente:<br />con un golpe de tos<br />o una patada.<br />¿Dónde te metes,<br />a dónde huyes con tu caja loca<br />de corazones,<br />con el reguero de pólvora que tienes?<br />¿Dónde vives:<br />en la fosa en que caen todos los sueños<br />o en esa telaraña donde cuelgan<br />los huérfanos de padre?<br /><br />Te extraño,<br />¿sabes?<br />como a mí misma<br />o a los milagros que no pasan.<br />Te extraño,<br />¿sabes?<br />Quisiera persuadirte no sé de qué alegría,<br />de qué cosa imprudente.<br /><br />¿Cuándo vas a venir?<br />Tengo una prisa por jugar a nada,<br />por decirte: «mi vida»<br />y que los truenos nos humillen<br />y las naranjas palidezcan en tu mano.<br />Tengo unas ganas locas de mirarte al fondo<br />y hallar velos<br />y humo,<br />que, al fin, parece en llama.<br /><br />De verdad que te quiero,<br />pero inocentemente,<br />como la bruja clara donde pienso.<br />De verdad que no te quiero,<br />pero inocentemente,<br />como el ángel embaucado que soy.<br />Te quiero,<br />no te quiero.<br />Sortearemos estas palabras<br />y una que triunfe será la mentirosa.<br />Amor...<br />( ¿Qué digo? estoy equivocada,<br />aquí quise decir que ya te odio. )<br />¿Por qué no vienes?<br />¿Cómo es posible<br />que me dejes pasar sin compromiso con el fuego?<br />¿Cómo es posible que seas austral<br />y paranoico<br />y renuncies a mí?<br /><br />Estarás leyendo los periódicos<br />o cruzando<br />por la muerte<br />y la vida.<br />Estarás con tus problemas de acústica y de ingle,<br />inerte,<br />desgraciado,<br />entreteniéndote en una aspiración del luto.<br />Y yo que te deshielo,<br />que te insulto,<br />que te traigo un jacinto desplomado;<br />yo que te apruebo la melancolía;<br />yo que te convoco<br />a las sales del cielo,<br />yo que te zurzo:<br />¿qué?<br />¿Cuándo vas a matarme a salivazos,<br />héroe?<br />¿Cuándo vas a molerme otra vez bajo la lluvia?<br />¿Cuándo?<br />¿Cuándo vas a llamarme pajarito<br />y puta?<br />¿Cuándo vas a maldecirme?<br />¿Cuándo?<br />Mira que pasa el tiempo,<br />el tiempo,<br />el tiempo, I<br />y ya no se me aparecen ni los duendes,<br />y ya no entiendo los paraguas,<br />y cada vez soy más sincera,<br />augusta...<br /><br />Si te demoras,<br />si se te hace un nudo y no me encuentras,<br />vas a quedarte ciego;<br />si no vuelves ahora: infame, imbécil, torpe, idiota,<br />voy a llamarme nunca.<br /><br />Ayer soñé que mientras nos besábamos<br />había sonado un tiro<br />y que ninguno de los dos soltamos la esperanza.<br />Este es un amor<br />de nadie;<br />lo encontramos perdido,<br />náufrago,<br />en la calle.<br />Entre tú y yo lo recogimos para ampararlo.<br />Por eso, cuando nos mordemos,<br />de noche,<br />tengo como un miedo de madre a quien dejaste sola.<br />Pero no importa,<br />bésame,<br />otra vez y otra vez<br />para encontrarme.<br />Ajústate a mi cintura,<br />vuelve;<br />sé mi animal,<br />muéveme.<br />Destilaré la vida que me sobra,<br />los niños condenados.<br />Dormiremos como homicidas que se salvan<br />atados por una flor incomparable.<br />Ya la mañana siguiente cuando cante el gallo<br />seremos la naturaleza<br />y me pareceré a tus hijos en la cama.<br /><br />Vuelve, vuelve.<br />Atraviésame a rayos.<br />Hazme otra vez una llave turca.<br />Pondremos el tocadiscos para sIempre.<br />Ven con tu nuca de infiel,<br />con tu pedrada.<br />Júrame que no estoy muerta.<br />Te prometo, amor mío, la manzana.<br /><br /><br /><strong><span style="color:#ffff00;">GIOCONDA BELLI<br />Y DIOS ME HIZO MUJER</span></strong><br /><br />Y Dios me hizo mujer,<br />de pelo largo,<br />ojos, nariz y boca de mujer.<br />Con curvas<br />y pliegues<br />y suaves hondonadas<br />y me cavó por dentro,<br />me hizo un taller de seres humanos.<br />Tejió delicadamente mis nervios<br />y balanceó con cuidado<br />el número de mis hormonas.<br />Compuso mi sangre<br />y me inyectó con ella<br />para que irrigara<br />todo mi cuerpo;<br />nacieron así las ideas,<br />los sueños,<br />el instinto.<br />Todo lo creó suavemente<br />a martillazos de soplidos<br />y taladrazos de amor,<br />las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días<br />por las que me levanto orgullosa<br />todas las mañanas<br />y bendigo mi sexo.<br /><br /><br /><strong><span style="color:#ffff00;">BLANCA ANDREU<br />Así, en pretérito pluscuamperfecto y futuro absoluto...</span></strong><br /><br /><br />Así, en pretérito pluscuamperfecto y futuro absoluto<br />voy hablando del trozo de universo que yo era,<br />de subcutáneas estrellas de sangre<br />cazadas por el ángel de la anemia<br />en el cielo arterial,<br />diciendo leucocitos del alba y rio de linfa,<br />o bien de lo que quise:<br />el ligero Mediterráneo,<br />la prohibición de envejecer,<br />la gavilla del sueño barbitúrico,<br />y sobre todo, sobre todas las cosas,<br />Mozart anfetamínico preámbulo de pájaros,<br />Mozart en ala y aeropuerto,<br />arco de violín principe o piloto: Mozart el Músico.<br /><br /><br /><span style="color:#ffff00;"><strong>ANGELA BECERRA<br />REVUELTOS</strong><br /></span><br />Mezclo tu alma<br />entre mis gestos<br />y ya no sé si son míos,<br />mi mirar<br />en los objetos….<br />Tu latir<br />en mis secretos.<br /><br />Mi caminar<br />en tus pasos,<br />tu despertar<br />en mis sueños.<br /><br />Se me equivocan las horas.<br />El amanecer<br />es noche.<br />Los crepúsculos<br />son albas.<br /><br />Tan revuelta está mi boca<br />con tus dientes,<br />mi sonrisa.<br />Mi lengua,<br />con tus palabras.<br />Mis caminos,<br />con tus pies…<br /><br />Que vives,<br />mientras me vivo.<br />Y pienso,<br />mientras me piensas.<br />Me hueles,<br />con mis perfumes.<br />Veo tus soles,<br />en mis lunas.<br />Y mientras lloras…<br />Tu beso.<br /><br /><br /><strong><span style="color:#ffff00;">CARMEN MARTÍN GAITE<br />MI RACIÓN DE ALEGRÍA</span></strong><br /><br /><br />Defiendo la alegría,<br />la precaria, amenazada,<br />difícil alegría,<br />al raso, limpia, en cueros,<br />mi ración de alegría.<br />No me arrastréis al pozo<br />de las verdes culebras.<br />No os arrojo a la cara mi alegría,<br />os la tiendo tan sólo<br />como una debil luz, como una mano.<br />No es ningún baluarte<br />ni ningún ofensivo privilegio,<br />es mi único utensilio cotidiano,<br />mi tela de labor.<br />No tengo otra bandera<br />y ostenta unos colores ya un poco desteñidos;<br />mirad que la levanto a duras penas,<br />contra viento y marea,<br />sin sombra alguna de provocación.<br />Es parcela pequeña, minifundio,<br />terreno sin cercados ni aparceros<br />que aro, riego y abono por mí misma,<br />don fe, de sol a sol.<br />Tomad el pobre o rico,<br />el cuestionable fruto<br />que desde ella os ofrezco,<br />pues sólo desde aquí<br />os consigo mirar, ayudar, entender,<br />poner tal vez en claro alguna cosa.<br />No me la reprochéis ni adobéis de negrura<br />como un reducto inmundo, segregado;<br />ved que no la defienden ni pinchos ni alambradas<br />y que podéis pasar aquí conmigo al sol.<br />No me arrastréis al pozo de las verdes culebras.<br /><br /><br /><span style="color:#ffff00;"><strong>GLORIA FUERTES</strong><br /><strong>GEOGRAFIA HUMANA</strong><br /></span><br />Mirad mi continente contenido<br />brazos, piernas y tronco inmesurado,<br />pequeños son mis pies, chicas mis manos,<br />hondos mis ojos, bastante bien mis senos.<br />Tengo un lago debajo de la frente,<br />a veces se desborda y por las cuencas,<br />donde se bañan las niñas de mis ojos,<br />cuando el llanto me llega hasta las piernas<br />y mis volcanes tiemblan en la danza.<br />Por el norte limito con la duda,<br />por el este limito con el otro,<br />por el oeste Corazón Abierto<br />y por el sur con tierra castellana.<br />Dentro del continente hay contenido,<br />los estados unidos de mi cuerpo,<br />el estado de pena por la noche,<br />el estado de risa por el alma<br />-estado de soltera todo el día-.<br />Al mediodía tengo terremotos<br />si el viento de una carta no me llega,<br />el fuego se enfurece y va y me arrasa<br />las cosechas de trigo de mi pecho.<br />El bosque de mis pelos mal peinados<br />se eriza cuando el río de la sangre<br />recorre el continente,<br />y por no haber pecado me perdona.<br />El mar que me rodea es muy variable,<br />se llama Mar Mayor o Mar de Gente<br />a veces me sacude los costados,<br />a veces me acaricia suavemente;<br />depende de las brisas o del tiempo,<br />del ciclo o del ciclón, tal vez depende,<br />el caso es que mi caso es ser la isla<br />llamada a sumergirse o sumergerse<br />en las aguas del océano humano<br />conocido por vulgo vulgarmente.<br />Acabo mi lección de geografía.<br />Mirad mi contenido continente.<br /><br /><br /><span style="color:#ffff00;"><strong>ALFONSINA STORNI</strong><br /><strong>LAS GRANDES MUJERES</strong></span><br /></div><div align="center">En las grandes mujeres reposó el universo.<br />Las consumió el amor, como el fuego al estaño,<br />a unas; reinas, otras, sangraron su rebaño.<br />Beatriz y Lady Macbeth tienen genio diverso.<br />De algunas, en el mármol, queda el seno perverso.<br />Brillan las grandes madres de los grandes de antaño.<br />Y es la carne perfecta, dadivosa del daño.<br />Y son las exaltadas que entretejen el verso.<br /><br />De los libros las tomo como de un escenario<br />fastuoso -¿Las envidias, corazón mercenario?<br />Son gloriosas y grandes, y eres nada, te arguyo.<br /><br />-Ay, rastreando en sus alas, como en selvas las lobas,<br />a mirarlas de cerca me bajé a sus alcobas<br />y oí un bostezo enorme que se parece al tuyo.<br /><br /><br /><span style="color:#ffff00;"><strong>BLANCA VARELA</strong><br /><strong>LECCIÓN DE ANATOMÍA</strong><br /></span><br /><br />Más allá del dolor y del placer la carne<br />inescrutable<br />balbuceando su lenguaje de sombras y brumosos<br />colores<br /><br />la carne convertida en paisaje<br />en tierra en tregua en acontecimiento<br />en pan inesperado y en miel<br />en orina en leche en abrasadora sospecha<br />en océano<br />en animal castigado<br />en evidencia y en olvido<br /><br />viendo la carne tan cerrada y distante<br />me pregunto<br />qué hace allí la vida simulando<br /><br />el cabello a veces tan cercano<br />que extravía alojo en su espesura<br />las bisagras silenciosas cediendo<br />lagrimeando tornasol<br />y esa otra fronda inexplorada<br />en donde el tacto confunde<br />el día con la noche<br />fresca hermosa muerte a la mitad del lecho<br />donde los miembros mutilados retoñan<br />mientras la lengua gira como una estrella<br />flor de carne carnívora<br />entre los dientes de carbón<br /><br />ah la voz gangosa entrecortada dulcísima del amor<br />saciándote saciándose saboreando el ciego bocado<br /><br />los mondos los frágiles huesecillos del amor<br />ese fracaso ese hambre<br />esa tristeza futura<br />como el cielo de una jaula<br />la tierra gira<br />la carne permanece<br />cambia el paisaje<br />las horas se deshojan<br />es el mismo río que se aleja o se acerca<br />tedioso espejo con la misma gastada luna de yeso<br />que se esponja hasta llenar el horizonte<br />con su roñosa palidez<br /><br />merodean las bestias del amor en esa ruina<br />florece la gangrena del amor<br />todavía se agitan las tenazas elásticas<br />los pliegues insondables laten<br /><br />reino de ventosas nacaradas<br />osario de mínimos pájaros<br /><br />primavera de suaves gusanos agrios<br />como la bilis materna<br /><br />más allá del dolor y del placer<br />la negra estirpe<br />el rojo prestigio<br />la mortal victoria de la carne<br /><br /><br /><span style="color:#ffff00;"><strong>WISLAWA SZYMBORSKA</strong><br /><strong>BAJO UNA PEQUEÑA ESTRELLA</strong></span><br /><br />Que me disculpe la coincidencia por llamarla necesidad.<br />Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.<br />Que no se enoje la felicidad por considerarla mía.<br />Que me olviden los muertos que apenas si brillan en la memoria.<br />Que me disculpe el tiempo por el mucho mundo pasado<br />por alto a cada segundo.<br />Que me disculpe mi viejo amor por considerar al nuevo<br />el primero.<br />Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa.<br />Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.<br />Que me disculpen los que claman desde el abismo el disco<br />de un minué.<br />Que me disculpe la gente en las estaciones por el sueño<br />a las cinco de la mañana.<br />Perdóname, esperanza acosada, por reírme a veces.<br />Perdonadme, desiertos, por no correr con una cuchara de agua.<br />Y tú, gavilán, hace años el mismo, en esta misma jaula,<br />inmóvil mirando fijamente el mismo punto siempre,<br />absuélveme, aunque fueras un ave disecada.<br />Que me disculpe el árbol talado por las cuatro patas de la mesa.<br />Que me disculpen las grandes preguntas por las pequeñas<br />respuestas.<br />Verdad, no me prestes demasiada atención.<br />Solemnidad, sé magnánima conmigo.<br />Soporta, misterio de la existencia, que arranque hilos de tu cola.<br />No me acuses, alma, de poseerte pocas veces.<br />Que me perdone todo por no poder estar en todas partes.<br />Que me perdonen todos por no saber ser cada uno de ellos,<br />cada una de ellas.<br />Sé que mientras viva nada me justifica<br />porque yo misma me lo impido.<br />Habla, no me tomes a mal que tome prestadas palabras patéticas<br />y que me esfuerce después para que parezcan ligeras.<br /><br /><br /><span style="color:#ffff00;"><strong>MARIA EUGENIA CASEIRO</strong><br /><strong>AQUÍ LLOVIENDO</strong></span><br /><br />Estoy aquí, aquí lloviendo<br />acumulada de cajas de cartón<br />con dibujos y letreros,<br />jorobándome la poesía por dentro<br />con el techo de zinc en la cabeza<br />con la lengua enredada<br />y la canción fuera de tono,<br />con mis alas de papel<br />pegándose a esta lluvia...<br />y me dan en la nariz hechos un trapo<br />mis ancestros, que ahora son ángeles<br />con ojos empedrados por la catarata<br />condenados a la pena de estos bolsillos rotos.<br />Estoy aquí, aquí lloviendo<br />con el luto perpetuo por las cosas perdidas;<br />mis palomas, mis abejas, y mis playas...<br />abrazándome al fantasma de la lluvia<br />gris humante en el cojín acuchillado.<br />A mi espalda un maniquí con la cara tapada<br />hubiera evitado el llanto del borracho que me vio<br />hubiera evitado<br />que la mujer que peina la calle por las noches<br />buscando sobre los contenedores la húmeda pisada<br />lanzara una moneda a la fuente donde lluevo,<br />pero soy monólogo de lluvia<br />y estoy aquí, aquí lloviendo.<br /><br /><br /><span style="color:#ffff00;"><strong>ORIETA LOZANO</strong><br /></span><strong><span style="color:#ffff00;">AMO EN TI LO QUE EN OTROS...</span> </strong></div><div align="center"><strong><br /></strong>Amo en ti lo que en otros<br />hubiera despreciado:<br />tus pasos algo tardos,<br />tus pies casi pesados;<br />tu cabeza inclinada hacia la frente;<br />tu madurez,<br />y tu cansancio.<br />Amo el gesto de tus labios,<br />tus sonrisas,<br />trago a trago.<br />Tu traje también lo amo:<br />es tu presencia;<br />sus arrugas son la marca<br />de tus luchas.<br />Tus zapatos son un signo de mi espera,<br />cuando van tristemente hacia tus calles.<br />¿Por qué tienes<br />las manos desatadas?<br />¿Quieres llevar la frente levantada<br />y estar firme,<br />y regresar a tu voz<br />hoy, y mañana,<br />con la misma palabra<br />decantada?<br />Te hallarías<br />inundado de fango,<br />enturbiadas tus manos,<br />y los hombros<br />agobiados de pronto por un peso<br />acerbo<br />tan intenso<br />que te arrastraría encadenado hacia los años<br />venideros.<br />Un sabor cáustico de acíbar<br />purifica mis labios.<br />Tengo envenenada la garganta.<br />Gritaría con rabia,<br />tumbaría mis puertas, mis techos, mis aldabas,<br />destruiría sin conciencia mi casa y tu casa,<br />para romper las ataduras<br />de tu alianza.<br />Pero sería la derrota de lo que vale adentro,<br />y estarías<br />empequeñecido por ti frente a tus ojos,<br />débil para la lucha de los odios<br />no tan grande, no tan fiero, no tan alto,<br />cuando tu cruz se levante<br />sobre el altar de tus años.<br /></div><br /><br /><br /><p align="center"><object id="divflv" codebase="http://fpdownload.macromedia.com/pub/shockwave/cabs/flash/swflash.cab#version=" height="220" width="250" classid="clsid:d27cdb6e-ae6d-11cf-96b8-444553540000"><param name="_cx" value="6615"><param name="_cy" value="5821"><param name="FlashVars" value=""><param name="Movie" value="http://www.divshare.com/flash/video2?myId=9039389-661&new_design=true"><param name="Src" value="http://www.divshare.com/flash/video2?myId=9039389-661&new_design=true"><param name="WMode" value="Window"><param name="Play" value="-1"><param name="Loop" value="-1"><param name="Quality" value="High"><param name="SAlign" value=""><param name="Menu" value="-1"><param name="Base" value=""><param name="AllowScriptAccess" value=""><param name="Scale" value="ShowAll"><param name="DeviceFont" value="0"><param name="EmbedMovie" 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href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAL6gWkkN4bwCjm4p-SagQr5Rqr_x4H39J-og1GsMsTLZTKW37-HaDWpVZ0XGzXdFhp0aFF3akYM-u_xD1mzSp2CtDGty90u5AydwmIx2re0J0hTQxmFcgOlCoLild2U8mAS5cJgaGvJk/s1600-h/Vicente_huidobro.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5446642229691040754" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 310px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAL6gWkkN4bwCjm4p-SagQr5Rqr_x4H39J-og1GsMsTLZTKW37-HaDWpVZ0XGzXdFhp0aFF3akYM-u_xD1mzSp2CtDGty90u5AydwmIx2re0J0hTQxmFcgOlCoLild2U8mAS5cJgaGvJk/s400/Vicente_huidobro.jpg" border="0" /></a><br /><strong>VICENTE HUIDOBRO</strong><br />Santiago, 1893 - Cartagena, Chile, 1948) Poeta chileno fundador del Creacionismo, movimiento poético vanguardista. Fue además uno de los impulsores de la poesía de vanguardia en América Latina.<br /><br /><br />Vicente Huidobro nació en el seno de una familia de la elite oligárquica, vinculada a la gran propiedad agrícola, a la banca y a la política. Cursó la enseñanza primaria con institutrices privadas y la secundaria en el Colegio de San Ignacio de la Compañía de Jesús. Aunque fue crítico con la enseñanza jesuítica, tomó de ella una postura elitista ante la vida.<br /><br /><br />Desde su juventud realizó frecuentes viajes por Europa, que le valieron un profundo enriquecimiento cultural y una depuración de sus gustos estéticos. Particularmente intenso desde la experiencia intelectual fue el largo período en que residió en París, ciudad a la que llegó en 1916, en plena guerra mundial; allí conoció a Picasso, Juan Gris, Max Jacob y Joan Miró, entre otras figuras de la cultura del momento. Escribió en revistas literarias junto a poetas como Apollinaire, Réverdy, Tzara, Breton y Aragon; es decir, lo más granado de la poesía francesa del momento.<br />El Creacionismo<br /><br /><br />Al periodo parisino corresponde la fundación del Creacionismo, en la que situaba al creador artístico a la altura de un demiurgo capaz de insuflar a su creación un aliento vital tan poderoso que se podría medir, incluso, con las creaciones de la propia Naturaleza. Así, para Huidobro el artista no debía limitarse a imitar la Naturaleza (de ahí el título de su el manifiesto creacionista: Non serviam, "no serviré"), sino que debía mantener con ella una especie de competición en la que podía mostrar el vitalismo de su propia obra. Es la famosa tesis que sintetizó en la fórmula: ¿Por qué cantáis la rosa, ¡oh poetas!? / Hacedla florecer en el poema.<br />Lógicamente, esta concepción llevaba aparejada la necesidad de crear nuevas imágenes -tan coloristas como animadas e sorprendentes- e, incluso, un novedoso lenguaje poético capaz de romper con todos los niveles de la lengua y generar también su propia sintaxis; de ahí que la yuxtaposición (de oraciones, vocablos o sonidos extrañamente puestos en contacto) se convirtiera en una de las características más acusadas del Creacionismo, al tiempo que las largas secuencias y enumeraciones de palabras y sintagmas contribuyeran decisivamente a dar al poema esa apariencia de objeto aleatorio, mera creación de un dios absorto en las posibilidades estéticas del material con que moldea su obra.<br /><br /><br />Con estos presupuestos estéticos, Vicente Huidobro se presentó en Madrid en 1918, donde fundó un destacado grupo de poetas creacionistas consagrados a la elaboración de textos que seguían fielmente los postulados del ya respetado maestro chileno. Por aquel entonces ya era un poeta fecundo, que arrastraba tras sí una interesante producción literaria: seis poemarios impresos en su país natal (Ecos del alma, La gruta del silencio, Canciones en la noche, Pasando y pasando, Las pagodas ocultas y Adán), uno aparecido en Buenos Aires (El espejo de agua) y otro publicado en París (Horizon Carré). A ellos se añadirían pronto cuatro nuevos poemarios (Poemas árticos, Ecuatorial, Tour Eiffel y Hallali).<br /><br /><br />Entre el 16 de mayo y el 2 de junio de 1922, Vicente Huidobro presentó una exposición de trece poemas en forma de caligramas en el Teatro Eduardo VII de París. En el catálogo de la exposición estaba su retrato dibujado por Pablo Picasso y una crítica elogiosa de sus poemas escrita por el español Gerardo Diego. Su aceptación en París fue un éxito personal y de Chile, favorecido por el hecho de que el poeta escribiera indistintamente en francés y en español.<br /><br /><br />Regresó por un largo período a Chile en 1925. Desde su llegada inició una intensa actividad literaria y política, con la fundación de la revista La Reforma y sus numerosas colaboraciones en Andamios, Panorama y Ariel. En el terreno político fundó un diario, Acción, desde el que defendía sus ideas contrarias al militarismo. Candidato a presidente, fracasó estrepitosamente en los comicios de 1925, lo que le causó no poca amargura.<br /><br /><br /><strong>ALTAZOR</strong><br /><br /><br />Alrededor de 1930 fue cuando dio los toques finales a sus dos obras cumbres, dos poemarios que, desde el momento mismo de su aparición estaban llamados a situarse en los puestos cimeros de la literatura universal. Por aquel entonces, Huidobro estaba en el apogeo de su fama, y gozaba del éxito obtenido por su novela fílmica Mío Cid Campeador (1929), en la que el propio poeta -que alardeaba de ser descendiente de Rodrigo Díaz de Vivar- identificaba su relación amorosa con Ximena Amunátegui como una reencarnación moderna de la pareja formada por El Cid y Doña Jimena.<br /><br /><br />La peripecia que había dado lugar a esta unión no puede ser más rocambolesca: en 1925, coincidiendo con su regreso a Chile y su fracaso en el intento de tomar parte activa en la política de su país, el gran poeta había conocido a Ximena, una joven estudiante de quince años de edad, por la que abandonó a su mujer (con la que llevaba casado más de quince años) y a sus hijos. Ximena no sólo era menor de edad, sino hija de un poderoso prócer chileno, quien se opuso tajantemente a su unión con el poeta. Huidobro marchó entonces a París, cerró la casa de Montmartre donde había residido con su familia, y se trasladó a Nueva York, donde cosechó algún éxito como escritor de guiones cinematográficos.<br /><br /><br />Pero en 1928, cuando Ximena Amunátegui acababa de alcanzar la mayoría de edad, el poeta viajó a Chile, la raptó a la salida del Liceo y se marchó de nuevo a París, en donde la feliz pareja se instaló en el barrio de Montparnasse. Fueron aquellos unos años de plenitud amorosa y creativa para el poeta, quien, después del mencionado éxito de su versión del Cid, decidió retomar un largo y ambicioso proyecto en el que había empezado a trabajar diez años antes. Se trata de Altazor o el viaje en paracaídas, un poema mayor en siete cantos que narra la caída del hombre y el encuentro con la mujer, con la poesía. Junto con Temblor de cielo (acabado también por aquellas fechas), es la obra cumbre del Creacionismo y el mayor legado de Huidobro a la poesía.<br /><br /><br />Después de que las corrientes estéticas hayan virado por centenares de derrotas diferentes, el valor poético de Altazor y Temblor de cielo sigue siendo incalculable. Bien es cierto que una parte de la crítica sólo ve en Huidobro una especie de ingenioso prestidigitador que juega con las palabras como si de objetos malabares se tratasen, sin conseguir dar a sus composiciones sentido alguno; pero la mayoría de los estudiosos del fenómeno poético aún se deslumbra con las imágenes, la vivacidad, la invención y la heterodoxia inconformista y novedosa de este gran rebelde de las letras hispanas, quien supo mantener su vigor creacionista hasta en el epitafio que dejó escrito para su lápida: "Abrid esta tumba: al fondo se ve el mar".<br /><br /><br />En 1933 Huidobro retornó de nuevo a su país. En esta ocasión volvió a desplegar una energía incansable fundando revistas tales como Pro, Vital, Primero de Mayo y Total. El año 1934 fue particularmente fecundo, pues publicó Cagliostro, a la que definió como novela-filme y que recibió un premio en un concurso de guiones celebrado en Hollywood, y La próxima historia que pasó en poco tiempo más, novela futuróloga en la que reflexionaba sobre la sociedad tecnocratizada que ya se estaba vislumbrando. En Papá o El diario de Alicia Mir introdujo referencias autobiográficas y En la luna, guiñol en cuatro actos y trece cuadros, una clara intencionalidad política.<br />Entre 1935 y 1938 Huidobro polemizó con Pablo Neruda y estuvo en España durante la Guerra Civil. Regresó a Chile en 1938, donde continuó su incansable labor creadora publicando ese mismo año la novela Sátiro o El poder de las palabras. Se trata de una novela de gran penetración psicológica. Junto con otros autores como Braulio Arenas y Fernando Alegría colaboró en Multitud; recopiló antiguos poemas dispersos de 1923 en Ver y palpar y El ciudadano del olvido, ambos libros dados a conocer en 1941 y considerados como obras fundamentales en su creación poética.<br />A finales de la Segunda Guerra Mundial regresó a Europa, para alistarse con el ejército francés con el que participó en las últimas batallas y obtuvo el grado de capitán. Entonces su figura comenzaba a ser una leyenda en Chile, donde en 1945 se publicó una Antología. Su experiencia bélica le dejó una herida que no llegó nunca a curar y que lo condujo a la muerte cuando estaba de vuelta en su país natal, falleciendo a orillas del mar en Cartagena el 2 de enero de 1948.<br />Su hija Manuela se preocupó de sacar a la luz las últimas creaciones de su padre en el mismo año de su muerte publicando Últimos poemas. Siguieron diversas ediciones y reediciones de sus obras; todavía en 1993 José A. de la Fuente editaba Vicente Huidobro: Textos inéditos y dispersos.<br /><br /><br /><strong>BALADA DE LO QUE NO VUELVE</strong><br /><br /><br />Venía hacia mí por la sonrisa<br />Por el camino de su gracia<br />Y cambiaba las horas del día<br />El cielo de la noche se convertía en el cielo del amanecer<br />El mar era un árbol frondoso lleno de pájaros<br />Las flores daban campanadas de alegría<br />Y mi corazón se ponía a perfumar enloquecido<br /><br /><br />Van andando los días a lo largo del año<br />¿En dónde estás?<br />Me crece la mirada<br />Se me alargan las manos<br />En vano la soledad abre sus puertas<br />Y el silencio se llena de tus pasos de antaño<br />Me crece el corazón<br />Se me alargan los ojos<br />Y quisiera pedir otros ojos<br />Para ponerlos allí donde terminan los míos<br />¿En dónde estás ahora?<br />¿Qué sitio del mundo se está haciendo tibio con tu presencia?<br />Me crece el corazón como una esponja<br />O como esos corales que van a formar islas<br />Es inútil mirar los astros<br />O interrogar las piedras encanecidas<br />Es inútil mirar ese árbol que te dijo adiós el último<br />Y te saludará el primero a tu regreso<br />Eres sustancia de lejanía<br />Y no hay remedio<br />Andan los días en tu busca<br />A qué seguir por todas partes la huella de sus pasos<br />El tiempo canta dulcemente<br />Y si mis ojos os dicen<br />Cuánta vida he vivido y cuánta muerte he muerto<br />Ellos podrían también deciros<br />Cuánta vida he muerto y cuánta muerte he vivido<br /><br /><br />¡Oh mis fantasmas! ¡Oh mis queridos espectros!<br />La noche ha dejado noche en mis cabellos<br />¿En dónde estuve? ¿Por dónde he andado?<br />¿Pero era ausencia aquélla o era mayor presencia?<br /><br /><br />Cuando las piedras oyen mi paso<br />Sienten una ternura que les ensancha el alma<br />Se hacen señas furtivas y hablan bajo:<br />Allí se acerca el buen amigo<br />El hombre de las distancias<br />Que viene fatigado de tanta muerte al hombro<br />De tanta vida en el pecho<br />Y busca donde pasar la noche<br /><br /><br />Heme aquí ante vuestros limpios ojos<br />Heme aquí vestido de lejanías<br />Atrás quedaron los negros nubarrones<br />Los años de tinieblas en el antro olvidado<br />Traigo un alma lavada por el fuego<br />Vosotros me llamáis sin saber a quién llamáis<br />Traigo un cristal sin sombra un corazón que no decae<br />La imagen de la nada y un rostro que sonríe<br />Traigo un amor muy parecido al universo<br />La Poesía me despejó el camino<br />Ya no hay banalidades en mi vida<br />¿Quién guió mis pasos de modo tan certero?<br /><br /><br />Mis ojos dicen a aquellos que cayeron<br />Disparad contra mí vuestros dardos<br />Vengad en mí vuestras angustias<br />Vengad en mí vuestros fracasos<br />Yo soy invulnerable<br />He tomado mi sitio en el cielo como el silencio<br /><br /><br />Los siglos de la tierra me caen en los brazos<br />Yo soy amigos el viajero sin fin<br />Las alas de la enorme aventura<br />Batían entre inviernos y veranos<br />Mirad cómo suben estrellas en mi alma<br />Desde que he expulsado las serpientes del tiempo oscurecido<br /><br /><br />¿Cómo podremos entendernos?<br />Heme aquí de regreso de donde no se vuelve<br />Compasión de las olas y piedad de los astros<br />¡Cuánto tiempo perdido! Este es el hombre de las lejanías<br />El que daba vuelta las páginas de los muertos<br />Sin tiempo sin espacio sin corazón sin sangre<br />El que andaba de un lado para otro<br />Desesperado y solo en las tinieblas<br />Solo en el vacío<br />Como un perro que ladra hacia el fondo de un abismo<br /><br /><br />¡Oh vosotros! ¡Oh mis buenos amigos!<br />Los que habéis tocado mis manos<br />¿Qué habéis tocado?<br />Y vosotros que habéis escuchado mi voz<br />¿Qué habéis escuchado?<br />Y los que habéis contemplado mis ojos<br />¿Qué habéis contemplado?<br /><br /><br />Lo he perdido todo y todo lo he ganado<br />Y ni siquiera pido<br />La parte de la vida que me corresponde<br />Ni montañas de fuego ni mares cultivados<br />Es tanto más lo que he ganado que lo que he perdido<br />Así es el viaje al fin del mundo<br />Y ésta es la corona de sangre de la gran experiencia<br />La corona regalo de mi estrella<br />¿En dónde estuve en dónde estoy?<br /><br /><br />Los árboles lloran un pájaro canta inconsolable<br />Decid ¿quién es el muerto?<br />El viento me solloza<br />¡Qué inquietudes me has dado!<br />Algunas flores exclaman<br />¿Estás vivo aún?<br />¿Quién es el muerto entonces?<br />Las aguas gimen tristemente<br />¿Quién ha muerto en estas tierras?<br />Ahora sé lo que soy y lo que era<br />Conozco la distancia que va del hombre a la verdad<br />Conozco la palabra que aman los muertos<br />Este es el que ha llorado el mundo el que ha llorado resplandores<br /><br /><br />Las lágrimas se hinchan se dilatan<br />Y empiezan a girar sobre su eje<br />Heme aquí ante vosotros<br />Cómo podremos entendernos Cómo saber lo que decimos<br />Hay tantos muertos que me llaman<br />Allí donde la tierra pierde su ruido<br />Allí donde me esperan mis queridos fantasmas<br />Mis queridos espectros<br />Mirad me os amo tanto pero soy extranjero<br />¿Quién salió de su tierra<br />Sin saber el hondor de su aventura?<br />Al desplegar las alas<br />El mismo no sabía qué vuelo era su vuelo<br /><br /><br />Vuestro tiempo y vuestro espacio<br />No son mi espacio ni mi tiempo<br />¿Quién es el extranjero? ¿Reconocéis su andar?<br />Es el que vuelve con un sabor de eternidad en la garganta<br />Con un olor de olvido en los cabellos<br />Con un sonar de venas misteriosas<br />Es este que está llorando el universo<br />Que sobrepasó la muerte y el rumor de la selva secreta<br />Soy impalpable ahora como ciertas semillas<br />Que el viento mismo que las lleva no las siente<br />Oh Poesía nuestro reino empieza<br /><br /><br />Este es aquel que durmió muchas veces<br />Allí donde hay que estar alerta<br />Donde las rocas prohíben la palabra<br />Allí donde se confunde la muerte con el canto del mar<br />Ahora vengo a saber que fui a buscar las llaves<br />He aquí las llaves<br />¿Quién las había perdido?<br />¿Cuánto tiempo ha que se perdieron?<br />Nadie encontró las llaves perdidas en el tiempo y en las brumas<br />¡Cuántos siglos perdidas!<br /><br /><br />Al fondo de las tumbas<br />Al fondo de los mares<br />Al fondo del murmullo de los vientos<br />Al fondo del silencio<br />He aquí los signos<br />¡Cuánto tiempo olvidados!<br />Pero entonces amigo ¿qué vas a decirnos?<br />¿Quién ha de comprenderte? ¿De dónde vienes?<br />¿En dónde estabas? ¿En qué alturas en qué profundidades?<br />Andaba por la Historia del brazo con la muerte<br />Oh hermano nada voy a decirte<br />Cuando hayas tocado lo que nadie puede tocar<br />Más que el árbol te gustará callar.<br />Basta señora arpa de las bellas imágenes...<br /><br /><br />Basta señora arpa de las bellas imágenes<br />De los furtivos cosmos iluminados<br />Otra cosa otra cosa buscamos<br />Sabemos posar un beso como una mirada<br />Plantar miradas como árboles<br />Enjaular árboles como pájaros<br />Regar pájaros como heliotropos<br />Tocar un heliotropo como una música<br />Vaciar una música como un saco<br />Degollar un saco como un pingüino<br />Cultivar pingüinos como viñedos<br />Ordeñar un viñedo como una vaca<br />Desarbolar vacas como veleros<br />Peinar un velero como un cometa<br />Desembarcar cometas como turistas<br />Embrujar turistas como serpientes<br />Cosechar serpientes como almendras<br />Desnudar una almendra como un atleta<br />Leñar atletas como cipreses<br />Iluminar cipreses como faroles<br />Anidar faroles como alondras<br />Exhalar alondras como suspiros<br />Bordar suspiros como sedas<br />Derramar sedas como ríos<br />Tremolar un río como una bandera<br />Desplumar una bandera como un gallo<br />Apagar un gallo como un incendio<br />Bogar en incendios como en mares<br />Segar mares como trigales<br />Repicar trigales como campanas<br />Desangrar campanas como corderos<br />Dibujar corderos como sonrisas<br />Embotellar sonrisas como licores<br />Engastar licores como alhajas<br />Electrizar alhajas como crepúsculos<br />Tripular crepúsculos como navíos<br />Descalzar un navío como un rey<br />Colgar reyes como auroras<br />Crucificar auroras como profetas<br />Etc. etc. etc.<br />Basta señor violín hundido en una ola ola<br />Cotidiana ola de religión miseria<br />De sueño en sueño posesión de pedrerías.<br /><br /><br /><strong>ELLA</strong><br /><br /><br />Ella daba dos pasos hacia adelante<br />Daba dos pasos hacia atrás<br />El primer paso decía buenos días señor<br />El segundo paso decía buenos días señora<br />Y los otros decían cómo está la familia<br />Hoy es un día hermoso como una paloma en el cielo<br /><br /><br />Ella llevaba una camisa ardiente<br />Ella tenía ojos de adormecedora de mares<br />Ella había escondido un sueño en un armario oscuro<br />Ella había encontrado un muerto en medio de su cabeza<br /><br /><br />Cuando ella llegaba dejaba una parte más hermosa muy lejos<br />Cuando ella se iba algo se formaba en el horizonte para esperarla<br /><br /><br />Sus miradas estaban heridas y sangraban sobre la colina<br />Tenía los senos abiertos y cantaba las tinieblas de su edad<br />Era hermosa como un cielo bajo una paloma<br /><br /><br />Tenía una boca de acero<br />Y una bandera mortal dibujada entre los labios<br />Reía como el mar que siente carbones en su vientre<br />Como el mar cuando la luna se mira ahogarse<br />Como el mar que ha mordido todas las playas<br />El mar que desborda y cae en el vacío en los tiempos<br />de abundancia<br /><br /><br />Cuando las estrellas arrullan sobre nuestras cabezas<br />Antes que el viento norte abra sus ojos<br />Era hermosa en sus horizontes de huesos<br />Con su camisa ardiente y sus miradas de árbol fatigado<br />Como el cielo a caballo sobre las palomas.<br /><br /><br /><strong>ESTRELLA HIJA DE ESTRELLA</strong><br /><br /><br />Había signos en el aire<br />Había presagios en el cielo<br />Tenía que brotar la gracia de repente<br />Con sus pasos de gloria<br />Con todos sus gérmenes sagrados<br />Con su aliento de vida o muerte<br />Venía la belleza de quién sabe donde<br />Venía hacía mis ojos<br />Con su andar de planeta seguro de su tiempo...<br />Es la ley misteriosa que de pronto se encarna<br />Y se hace realidad en un instante.<br />El azar se presenta<br />Con todas sus fuerzas invencibles<br />El azar con sus constelaciones desatadas<br />Que súbito se anudan<br />Para cumplir con un destino en las piedras lentas<br />El aire vibra de los sonidos de la vieja flauta<br />Una dulce amistad ha nacido en el mundo<br />Acaso un gran peligro se yergue de su noche<br />La voz de un hombre dice Estrella<br />Y tiembla como una estrella<br />El viento pasa y el azul amado<br />Deja caer su aroma<br />Para ungir las cabezas señaladas.<br />Ahí viene sobre dos pies alados<br />Envuelta de música de nardos y de bosques<br />La gracia y la belleza<br />Entre los ruidos de las calles<br />Sobre sus pies alados<br />Aparece de pronto entre los hombres y las casas<br />Y todo cae en el vacío<br />Los ruidos, las casas y las calles<br />Como las ropas de una mujer que se desnuda<br />Sólo tú quedas en el mundo<br />Sólo tu cuerpo como una flor inmensa<br />Que llena de universo.<br />¡Oh tierra cómo te has hecho bella en un instante!<br />Dos miradas se cruzan<br />Y canta un árbol nuevo<br />Dos manos se entrelazan<br />Dos anhelos se encuentran<br />Dos angustias se hablan en secreto<br />¿Por qué, razón?<br />Solo los signos y el azar lo saben<br />Dos corazones reconocen un impulso ciego<br />Y el camino que se abre al infinito.<br />Un hombre dice estrella<br />Y hay un temblor en los espacios<br />Un hombre dice Mar<br />Y las olas se agrandan satisfechas<br />Un hombre dice Selva<br />Y los árboles comprenden su deber milenario<br />Un hombre dice Viento<br />Y todo se agita hasta la muerte<br />Estrella yo no te pido tu destino<br />Ni exijo mas aroma a la flor de la tarde<br />Yo quiero solo una amistad de anchas orillas<br />Un gran río profundo<br />Que embruje mi país<br />Y haga cantar las aguas dormiladas<br />Que siempre creen olvidar su vida<br />La calle del azar<br />El punto mismo<br />Donde se encuentran los designios<br />Los ojos se adivinan<br />Se entornan suaves<br />Saben que juntos van a mirar las cosas<br />Los labios se presienten<br />Palpitan como flores que empiezan la jornada<br />¿Son besos? ¿Son palabras?<br />¿Es un cambio de ideas a través de los años?<br />Por qué llegas tan tarde a mi jardín<br />Por qué no apresuraste la marcha en las tinieblas?<br />¿Con qué derecho el tiempo<br />Separa la flor del árbol que era suyo?<br />¿Por qué pone distancias en los años?<br />¿No sabes que este trozo de tierra te aguardaba<br />Cansado de cantar y de llamarte?<br />Yo te había elegido<br />Como la tierra el árbol de su gracia<br />Como el naufragio al barco más amado<br />Esto es grande y es triste<br />Porque no hay modo de cambiar los signos<br />Mi exaltación acaso te asustaba<br />Ella era real como las tempestades<br />Perdona lo que venga y es que ya ha nacido<br />No es culpa mía si el destino habla<br />Entre el cielo y la tierra<br />Hay algo grande que comienza<br />Tierra y cielo sienten temblar las rocas y las nubes<br />Cielo y tierra son cómplices del sueño<br />Y sus pájaros nacientes sin permiso<br />¿Serás mi estrella<br />Entre la vida y la muerte sorprendida?<br />Ven hacia mi más mía que mis huesos<br />Ven entre mirtos y mármoles profundos<br />¡Oh cuerpo del ritmo eterno!<br />¡Oh la amistad de músicas y cielos infinitos!<br />¡Oh belleza del mundo!<br />Permíteme acordarme de mí mismo<br /><br /><br /><strong>INVIERNO PARA BEBERLO</strong><br /><br /><br />El invierno ha llegado al llamado de alguien<br />Y las miradas emigran hacia los calores conocidos<br />Esta noche el viento arrastra sus chales de viento<br />Tejed queridos pájaros míos un techo de cantos sobre las<br />avenidas<br />Oíd crepitar el arco iris mojado<br />Bajo el peso de los pájaros se ha plegado<br /><br /><br />La amargura teme a las intemperies<br />Pero nos queda un poco de ceniza del ocaso<br />Golondrinas de mi pecho qué mal hacéis<br />Sacudiendo siempre ese abanico vegetal<br /><br /><br />Seducciones de antesala en grado de aguardiente<br />Alejemos en seguida el coche de las nieves<br />Bebo lentamente tus miradas de justas calorías<br /><br /><br />El salón se hincha con el vapor de las bocas<br />Las miradas congeladas cuelgan de la lámpara<br />Y hay moscas<br />Sobre los suspiros petrificados<br /><br /><br />Los ojos están llenos de un líquido viajero<br />Y cada ojo tiene un perfume especial<br />El silencio es una planta que brota al interior<br />Si el corazón conserva su calefacción igual<br /><br /><br />Afuera se acerca el coche de las nieves<br />Trayendo su termómetro de ultratumba<br />Y me adormezco con el ruido del piano lunar<br />Cuando se estrujan las nubes y cae la lluvia<br /><br /><br />Cae<br />Nieve con gusto a universo<br />Cae<br />Nieve que huele a mar<br /><br /><br />Cae<br />Nieve perfecta de los violines<br />Cae<br />La nieve sobre las mariposas<br /><br /><br />Cae<br />Nieve en copos de olores<br />La nieve en tubo inconsistente<br /><br /><br />Cae<br />Nieve a paso de flor<br />Nieva nieve sobre todos los rincones del tiempo<br /><br /><br />Simiente de sonido de campanas<br />Sobre los naufragios más lejanos<br />Calentad vuestros suspiros en los bolsillos<br />Que el cielo peina sus nubes antiguas<br />Siguiendo los gestos de nuestras manos<br /><br /><br />Lágrimas astrológicas sobre nuestras miserias<br />Y sobre la cabeza del patriarca guardián del frío<br />El cielo emblanquece nuestra atmósfera<br />Entre las palabras heladas a medio camino<br />Ahora que el patriarca se ha dormido<br />La nieve se desliza se desliza<br />se desliza<br />Desde su barba pulida<br /><br /><br /><strong>PARA LLORAR</strong><br /><br /><br />Es para llorar que buscamos nuestros ojos<br />Para sostener nuestras lágrimas allá arriba<br />En sus sobres nutridos de nuestros fantasmas<br />Es para llorar que apuntamos los fusiles sobre el día<br />Y sobre nuestra memoria de carne<br />Es para llorar que apreciamos nuestros huesos<br />y a la muerte sentada junto a la novia<br />Escondemos nuestra voz de todas las noches<br />Porque acarreamos la desgracia<br />Escondemos nuestras miradas bajo las alas de las piedras<br />Respiramos más suavemente que el cielo en el molino<br />Tenemos miedo<br />Nuestro cuerpo cruje en el silencio<br />Como el esqueleto en el aniversario de su muerte<br />Es para llorar que buscamos palabras en el corazón<br />En el fondo del viento que hincha nuestro pecho<br />En el milagro del viento lleno de nuestras palabras<br />La muerte está atornillada a la vida<br />Los astros se alejan en el infinito y los barcos en el mar<br />Las voces se alejan en el aire vuelto hacia la nada<br />Los rostros se alejan entre los pinos de la memoria<br />Y cuando el vacío está vacío bajo el aspecto irreparable<br />El viento abre los ojos de los ciegos<br />Es para llorar para llorar<br />Nadie comprende nuestros signos y gestos de largas raíces<br />Nadie comprende la paloma encerrada en nuestras palabras<br />Paloma de nube y de noche<br />De nube en nube y de noche en noche<br />Esperamos en la puerta el regreso de un suspiro<br />Miramos ese hueco en el aire en que se mueven los que<br />aún no han nacido<br />Ese hueco en que quedaron las miradas de los ciegos estatuarios<br />Es para poder llorar es para poder llorar<br />Porque las lágrimas deben llover sobre las mejillas de la tarde<br />Es para llorar que la vida es tan corta<br />Es para llorar que la vida es tan larga<br />El alma salta de nuestro cuerpo<br />Bebemos en la fuente que hace ver los ojos ausentes<br />La noche llega con sus corderos y sus selvas intraducibles<br />La noche llega a paso de montaña<br />Sobre el piano donde el árbol brota<br />Con sus mercancías y sus signos amargos<br />Con sus misterios que quisiera enterrar en el cielo<br />La ciudad cae en el saco de la noche<br />Desvestida de gloria y de prodigios<br />El mar abre y cierra su puerta<br />Es para llorar para llorar<br />Porque nuestras lágrimas no deben separarse del buen camino<br />Es para llorar que buscamos la cuna de la luz<br />Y la cabellera ardiente de la dicha<br />Es la noche de la nadadora que sabe transformarse en fantasma<br />Es para llorar que abandonamos los campos de las simientes<br />En donde el árbol viejo canta bajo la tempestad como<br />la estatua del mañana<br />Es para llorar que abrimos la mente a los climas de impaciencia<br />Y que no apagamos el fuego del cerebro<br />Es para llorar que la muerte es tan rápida<br />Es para llorar que la muerte es tan lenta<br /><br /><br /><p align="center"><embed src="http://www.youtube.com/v/TBnY1hjo3Vs&hl=" width="320" height="265" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" fs="1&"></embed></p></div>las musashttp://www.blogger.com/profile/10420120013341537993noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2439018084959961218.post-10179421371810294632010-03-08T20:37:00.008+01:002010-03-09T17:25:39.802+01:00JORNADA POETICA DE MIGUEL HERNÁNDEZ. 27/02/2010<div align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIzzdgLHrNbnlRukpdPHKRy_UDNTgbTqOzySC3IoP9F8Fff_V8YXPpyZ44ufaPR8WPnrv0Nkch2D6JX_cN-DIL38MqfigGMA1w2hUoXDnK06KWqNn7YP3-b1Hjyh9ndZWwYVEQpNd27Fs/s1600-h/miguel-hernandez.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5446350453078796354" style="margin: 0px 10px 10px 0px; float: left; width: 240px; height: 400px;" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIzzdgLHrNbnlRukpdPHKRy_UDNTgbTqOzySC3IoP9F8Fff_V8YXPpyZ44ufaPR8WPnrv0Nkch2D6JX_cN-DIL38MqfigGMA1w2hUoXDnK06KWqNn7YP3-b1Hjyh9ndZWwYVEQpNd27Fs/s400/miguel-hernandez.jpg" border="0" /></a><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><div style="text-align: justify;">En Orihuela, un pequeño pueblo del Levante español, rodeada del oasis exuberante de la huerta del Segura, nació Miguel Hernández el 30 de octubre de 1910. Hijo de un <span style="font-weight: bold;">contratante de ganado, su niñez y adolescencia transcurren por la aireada y luminosa sierra oriolana tras un pequeño hato de cabras. En medio de la naturaleza contempla maravillado sus misterios: la luna y las estrellas, la lluvia, las propiedades de diversas hierbas, los ritos de la fecundación de los animales. Por las tardes ordeña las cabras y se dedica a repartir la leche por el vecindario. Sólo el breve paréntesis de unos años interrumpe esta vidad para asistir a la Escuela del Ave María, anexa al Colegio de Santo Domingo, donde estudia gramática, aritmética, geografía y religión, descollando por su extraordinario talento. En 1925, a los quince años de edad, tiene que abandonar el colegio para volver a conducir cabras por las cercanías de Orihuela. Pero sabe embellecer esta vida monótona con la lectura de numerosos libros de Gabriel y Galán, Miró, Zorrilla, Rubén Dario, que caen en sus manos y depositan en su espíritu ávido el germen de la poesía. A veces se pone escribir sencillos versos a la sombra de un árbol realizando sus primeros experimentos poéticos. Al atardecer merodea por el vecindario conociendo a Ramón y Gabriel Sijé y a los hermanos Fenoll, cuya panadería se convierte en tertulia del pequeño grupo de aficionados a las letras. Ramón Sijé, joven estudiante de derecho en la universidad de Murcia, le orienta en sus lectura, le guía hacia los clásicos y la poesía religiosa, le corrige y le alienta a proseguir su actividad creadora. El mundo de sus lecturas se amplía. El joven pastor va llevando a cabo un maravilloso esfuerzo de autoeducación con libros que consigue en la biblioteca del Círculo de Bellas Artes. Don Luis Almarcha, canónigo entonces de la catedral, le orienta en sus lecturas y le presta también libros. Poco a poco irá leyendo a los grandes autores del Siglo de Oro: Cervantes, Lope, Calderón, Góngora y Garcilaso, junto con algunos autores modernos como Juan Ramón y Antonio Machado. En el horno de Efén Fenoll, que está muy cerca de su casa, pasa largas horas en agradable tertulia discutiendo de poesía, recitando versos y recibiendo preciosas sugerencias del culto Ramón Sijé que acude allí a visitar a su novia Josefina Fenoll. Desde 1930 Miguel Hernández comienza a publicar poemas en el semanario El Pueblo de Orihuela y el diario El Día de Alicante. Su nombre comienza a sonar en revistas y diarios levantinos.</span><br /><br /><br /><strong style="font-weight: bold;">Primer viaje a Madrid y Perito en lunas</strong> </div></div><br /><br /><span style="font-weight: bold;">Poseído por la fiebre de la fama, en diciembre de 1931 se lanza a la conquista de Madrid con un puñado de poemas y unas recomendaciones que al fin de nada le sirven. Aunque un par de revistas literarias, La Gaceta Literaria y Estampa, acusan su presencia en la capital y piden un empleo o apoyo oficial para el "cabrero-poeta", las semanas pasan y, a pesar de la abnegada ayuda de un puñado de amigos oriolanos, tiene que volverse fracasado a Orihuela. Pero al menos ha podido tomarle el pulso a los gustos literarios de la capital que le inspiran su libro neogongorino Perito en lunas (1933), extraordinario ejercicio de lucha tenaz con la palabra y la sintaxis, muestra de una invencible voluntad de estilo. Tras este esfuerzo el poeta ya está forjado y ha logrado hacer de la lengua un instrumento maleable. En Orihuela continúa sus intensas lecturas y sigue escribiendo poesía. También sus amigos le preparan alguna actuación en público. En el Casino de Orihuela recita y explica su "Elegía media del toro". Otra vez, en abril de 1933, es en Alicante donde interpreta la misma elegía después de una docta charla de Ramón Sijé sobre Perito en lunas. La prensa local se hace eco del acontecimiento literario alimentando en el joven poeta el ansia y sed de celebridad. </span><br /><br /><strong style="font-weight: bold;">Segundo viaje a Madrid</strong><br /><br /><br /><span style="font-weight: bold;">Un día, al salir de su trabajo, en una notaría de Orihuela, conoce a Josefina Manresa y se enamora de ella. Sus vivencias van hallando formulación lírica en una serie de sonetos que desembocarán en El rayo que no cesa (1936). Las lecturas de Calderón le inspiran su auto sacramental Quien te ha visto y quien te ve y sombra de lo que eras, que, publicado por Cruz y raya, le abrirá las puertas de Madrid a su segunda llegada en la primavera de 1934. Allí se mantiene con un empleo que le ofrece José María de Cossío para recoger datos y redactar historias de toreros. En Madrid su correspondencia amorosa no se interrumpe y la frecuente soledad inevitable en la gran ciudad le hace sentir nostalgia por la paz e intimidad de su Orihuela. Las cartas abundan en quejas sobre la pensión, rencillas de escritores, intrigas, el ruido y el tráfico. Así es que en cuanto le es posible vuelve a su pueblo para charlar con los amigos, comer fruta a satisfacción y bañarse en el río. Aunque lentamente, va creándose en Madrid su círculo de amigos: Altolaguirre, Alberti, Cernuda, Delia del Carril, María Zambrano, Vicente Aleixandre y Pablo Neruda. Entre ellos trata de vender algunos números de la revista El Gallo Crisis, recién fundada por Ramón Sijé, pero tienen que constatar que ésta no gusta a muchos de sus nuevos amigos. Neruda se lo confiesa abiertamente: "Querido Miguel, siento decirte que no me gusta El Gallo Crisis. Le hallo demasiado olor a iglesia, ahogado en incienso". Ramón Sijé teme perder a su gran amigo para sus ideales neocatólicos, pero pronto tienen que constatar que el ambiente de Madrid puede más que los ecos de la lejana Orihuela. Pablo Neruda insiste en sus ingeniosos sarcasmos anticlericales: "Celebro que no te hayas peleado con El Gallo Crisis pero esto te sobrevendrá a la larga. Tú eres demasiado sano para soportar ese tufo sotánico-satánico". Si Ramón Sijé y los amigos de Orihuela le llevaron a su orientación clasicista, a la poesía religiosa y al teatro sacro, Neruda y Aleixandre lo iniciaron en el surrealismo y le sugirieron, de palabra o con el ejemplo, las formas poéticas revolucionarias y la poesía comprometida, influyendo, sobre todo Neruda y Alberti, en la ideología social y política del joven poeta provinciano. Superada esta crisi, Miguel Hernández es ya un poeta hecho y comienza a crear lo más logrado y genial de su obra.</span><br /><br /><strong style="font-weight: bold;">La Guerra Civil<br /></strong><br /><br /><span style="font-weight: bold;">El estallido de la Guerra Civil en julio de 1936 le obliga a tomar una decisión. Miguel Hernández, sin dar lugar a dudas, la toma con entereza y entusiasmo por la República. No solamente entrega toda su persona, sino que también su creación lírica se trueca en arma de denuncia, testimonio, instrumento de lucha ya entusiasta, ya silenciosa y desesperada. Como voluntario se incorpora al 5º Regimiento, después de un viaje a Orihuela a despedirse de los suyos. Se le envía a hacer fortificaciones en Cubas, cerca de Madrid. Emilio Prados logra que se le traslade a la 1ª Compañía del Cuartel General de Caballería como Comisario de Cultura del Batallón de El Campesino. Va pasando por diversos frentes: Boadilla del Monte, Pozuelo, Alcalá. En plena guerra logra escapar brevemente a Orihuela para casarse el 9 de marzo de 1937 con Josefina Manresa. A los pocos días tiene que marchar al frente de Jaén. Es una vida agitadísima de continuos viajes y actividad literaria. Todo esto y la tensión de la guerra le ocasionan una anemia cerebral aguda que le obliga por prescripción médica a retirarse a Cox para reponerse. Varias obritas de Teatro en la guerra y dos libros de poemas que han quedado como testimonio vigoroso de este momento bélico: Viento del pueblo (1937) y El hombre acecha (1939).</span><br /><br /><strong style="font-weight: bold;">El poeta en la cárcel</strong><br /><br /><br /><span style="font-weight: bold;">En la primavera de 1939, ante la desbandada general del frente republicano, Miguel Hernández intenta cruzar la frontera portuguesa y es devuelto a las autoridades españolas. Así comienza su larga peregrinación por cárceles: Sevilla, Madrid. Difícil imaginarnos la vida en las prisiones en los meses posteriores a la guerra. Inesperadamente, a mediados de septiembre de 1939, es puesto en libertad. Fatídicamente, arrastrado por el amor a los suyos, se dirige a Orihuela, donde es encarcelado de nuevo en el seminario de San Miguel, convertido en prisión. El poeta -como dice lleno de amargura- sigue "haciendo turismo" por las cárceles de Madrid, Ocaña, Alicante, hasta que en su indefenso organismo se declara una "tuberculosis pulmonar aguda" que se extiende a ambos pulmones, alcanzando proporciones tan alarmantes que hasta el intento de trasladarlo al Sanatorio Penitenciario de Porta Coeli resulta imposible. Entre dolores acerbos, hemorragias agudas, golpes de tos, Miguel Hernández se va consumiendo inexorablemente. El 28 de marzo de 1942 expira a los treinta y un años de edad.</span> <div align="center"><br /><br /><br /><strong>LAS ABARCAS DESIERTAS</strong><br /><br /><br />Por el cinco de enero,<br />cada enero ponía<br />mi calzado cabrero<br />a la ventana fría.<br /><br />Y encontraban los días,<br />que derriban las puertas,<br />mis abarcas vacías,<br />mis abarcas desiertas.<br /><br />Nunca tuve zapatos,<br />ni trajes, ni palabras:<br />siempre tuve regatos,<br />siempre penas y cabras.<br /><br />Me vistió la pobreza,<br />me lamió el cuerpo el río,<br />y del pie a la cabeza<br />pasto fui del rocío.<br /><br />Por el cinco de enero,<br />para el seis, yo quería<br />que fuera el mundo entero<br />una juguetería.<br /><br />Y al andar la alborada<br />removiendo las huertas,<br />mis abarcas sin nada,<br />mis abarcas desiertas.<br /><br />Ningún rey coronado<br />tuvo pie, tuvo gana<br />para ver el calzado<br />de mi pobre ventana.<br /><br />Toda la gente de trono,<br />toda gente de botas<br />se rió con encono<br />de mis abarcas rotas.<br /><br />Rabié de llanto, hasta<br />cubrir de sal mi piel,<br />por un mundo de pasta<br />y un mundo de miel.<br /><br />Por el cinco de enero,<br />de la majada mía<br />mi calzado cabrero<br />a la escarcha salía.<br /><br />Y hacia el seis, mis miradas<br />hallaban en sus puertas<br />mis abarcas heladas,<br />mis abarcas desiertas.<br /><br /><br /><br /><strong>VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN</strong><br /><br /><br /><br /><br />Vientos del pueblo me llevan,<br />vientos del pueblo me arrastran,<br />me esparcen el corazón<br />y me aventan la garganta.<br /><br />Los bueyes doblan la frente,<br />impotentemente mansa,<br />delante de los castigos:<br />los leones la levantan<br />y al mismo tiempo castigan<br />con su clamorosa zarpa.<br /><br />No soy de un pueblo de bueyes,<br />que soy de un pueblo que embargan<br />yacimientos de leones,<br />desfiladeros de águilas<br />y cordilleras de toros<br />con el orgullo en el asta.<br />Nunca medraron los bueyes<br />en los páramos de España.<br />¿Quién habló de echar un yugo<br />sobre el cuello de esta raza?<br />¿Quién ha puesto al huracán<br />jamás ni yugos ni trabas,<br />ni quién al rayo detuvo<br />prisionero en una jaula?<br /><br />Asturianos de braveza,<br />vascos de piedra blindada,<br />valencianos de alegría<br />y castellanos de alma,<br />labrados como la tierra<br />y airosos como las alas;<br />andaluces de relámpagos,<br />nacidos entre guitarras<br />y forjados en los yunques<br />torrenciales de las lágrimas;<br />extremeños de centeno,<br />gallegos de lluvia y calma,<br />catalanes de firmeza,<br />aragoneses de casta,<br />murcianos de dinamita<br />frutalmente propagada,<br />leoneses, navarros, dueños<br />del hambre, el sudor y el hacha,<br />reyes de la minería,<br />señores de la labranza,<br />hombres que entre las raíces,<br />como raíces gallardas,<br />vais de la vida a la muerte,<br />vais de la nada a la nada:<br />yugos os quieren poner<br />gentes de la hierba mala,<br />yugos que habéis de dejar<br />rotos sobre sus espaldas.<br />Crepúsculo de los bueyes<br />está despuntando el alba.<br /><br />Los bueyes mueren vestidos<br />de humildad y olor de cuadra:<br />las águilas, los leones<br />y los toros de arrogancia,<br />y detrás de ellos, el cielo<br />ni se enturbia ni se acaba.<br />La agonía de los bueyes<br />tiene pequeña la cara,<br />la del animal varón<br />toda la creación agranda.<br /><br />Si me muero, que me muera<br />con la cabeza muy alta.<br />Muerto y veinte veces muerto,<br />la boca contra la grama,<br />tendré apretados los dientes<br />y decidida la barba.<br /><br />Cantando espero a la muerte,<br />que hay ruiseñores que cantan<br />encima de los fusiles<br />y en medio de las batallas.<br /><br /><br /><strong><strong>EL NIÑO YUNTERO</strong></strong><br /><br /><br />Carne de yugo, ha nacido<br />más humillado que bello,<br />con el cuello perseguido<br />por el yugo para el cuello.<br /><br />Nace, como la herramienta,<br />a los golpes destinado,<br />de una tierra descontenta<br />y un insatisfecho arado.<br /><br />Entre estiércol puro y vivo<br />de vacas, trae a la vida<br />un alma color de olivo<br />vieja ya y encallecida.<br /><br />Empieza a vivir, y empieza<br />a morir de punta a punta<br />levantando la corteza<br />de su madre con la yunta.<br /><br />Empieza a sentir, y siente<br />la vida como una guerra,<br />y a dar fatigosamente<br />en los huesos de la tierra.<br /><br />Contar sus años no sabe,<br />y ya sabe que el sudor<br />es una corona grave<br />de sal para el labrador.<br /><br />Trabaja, y mientras trabaja<br />masculinamente serio,<br />se unge de lluvia y se alhaja<br />de carne de cementerio.<br /><br />A fuerza de golpes, fuerte,<br />y a fuerza de sol, bruñido,<br />con una ambición de muerte<br />despedaza un pan reñido.<br /><br />Cada nuevo día es<br />más raíz, menos criatura,<br />que escucha bajo sus pies<br />la voz de la sepultura.<br /><br />Y como raíz se hunde<br />en la tierra lentamente<br />para que la tierra inunde<br />de paz y panes su frente.<br /><br />Me duele este niño hambriento<br />como una grandiosa espina,<br />y su vivir ceniciento<br />revuelve mi alma de encina.<br /><br />Lo veo arar los rastrojos,<br />y devorar un mendrugo,<br />y declarar con los ojos<br />que por qué es carne de yugo.<br /><br />Me da su arado en el pecho,<br />y su vida en la garganta,<br />y sufro viendo el barbecho<br />tan grande bajo su planta.<br /><br />¿Quién salvará este chiquillo<br />menor que un grano de avena?<br />¿De dónde saldrá el martillo<br />verdugo de esta cadena?<br /><br />Que salga del corazón<br />de los hombre jornaleros,<br />que antes de ser hombres son<br />y han sido niños yunteros.<br /><br /><br /><strong>A MI HIJO</strong><br /><br /><br />Te has negado a cerrar los ojos, muerto mío,<br />abiertos ante el cielo como dos golondrinas:<br />su color coronado de junios, ya es rocío<br />alejándose a ciertas regiones matutinas.<br /><br />Hoy, que es un día como bajo la tierra, oscuro,<br />como bajo la tierra, lluvioso, despoblado,<br />con la humedad sin sol de mi cuerpo futuro,<br />como bajo la tierra quiero haberte enterrado.<br /><br />Desde que tú eres muerto no alientan las mañanas,<br />al fuego arrebatadas de tus ojos solares:<br />precipitado octubre contra nuestras ventanas,<br />diste paso al otoño y anocheció los mares.<br /><br />Te ha devorado el sol, rival único y hondo<br />y la remota sombra que te lanzó encendido;<br />te empuja luz abajo llevándote hasta el fondo,<br />tragándote; y es como si no hubieras nacido.<br /><br />Diez meses en la luz, redondeando el cielo,<br />sol muerto, anochecido, sepultado, eclipsado.<br />Sin pasar por el día se marchitó tu pelo;<br />atardeció tu carne con el alba en un lado.<br /><br />El pájaro pregunta por ti, cuerpo al oriente,<br />carne naciente al alba y al júbilo precisa;<br />niño que sólo supo reir, tan largamente,<br />que sólo ciertas flores mueren con tu sonrisa.<br /><br />Ausente, ausente, ausente como la golondrina,<br />ave estival que esquiva vivir al pie del hielo:<br />golondrina que a poco de abrir la pluma fina,<br />naufraga en las tijeras enemigas del vuelo.<br /><br />Flor que no fue capaz de endurecer los dientes,<br />de llegar al más leve signo de la fiereza.<br />Vida como una hoja de labios incipientes,<br />hoja que se desliza cuando a sonar empieza.<br /><br />Los consejos del mar de nada te han valido...<br />Vengo de dar a un tierno sol una puñalada,<br />de enterrar un pedazo de pan en el olvido,<br />de echar sobre unos ojos un puñado de nada.<br /><br />Verde, rojo, moreno: verde, azul y dorado;<br />los latentes colores de la vida, los huertos,<br />el centro de las flores a tus pies destinado,<br />de oscuros negros tristes, de graves blancos yertos.<br /><br />Mujer arrinconada: mira que ya es de día.<br />(¡Ay, ojos sin poniente por siempre en la alborada!)<br />Pero en tu vientre, pero en tus ojos, mujer mía,<br />la noche continúa cayendo desolada.<br /><br /><br /><strong>ELEGÍA A RAMÓN SIJÉ </strong><br /><br /><br />(En Orihuela, su pueblo y el mío, se<br />me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,<br />a quien tanto quería)<br /><br />Yo quiero ser llorando el hortelano<br />de la tierra que ocupas y estercolas,<br />compañero del alma, tan temprano.<br /><br />Alimentando lluvias, caracolas<br />y órganos mi dolor sin instrumento,<br />a las desalentadas amapolas<br /><br />daré tu corazón por alimento.<br />Tanto dolor se agrupa en mi costado<br />que por doler me duele hasta el aliento.<br /><br />Un manotazo duro, un golpe helado,<br />un hachazo invisible y homicida,<br />un empujón brutal te ha derribado.<br /><br />No hay extensión más grande que mi herida,<br />lloro mi desventura y sus conjuntos<br />y siento más tu muerte que mi vida.<br /><br />Ando sobre rastrojos de difuntos,<br />y sin calor de nadie y sin consuelo<br />voy de mi corazón a mis asuntos.<br /><br />Temprano levantó la muerte el vuelo,<br />temprano madrugó la madrugada,<br />temprano estás rodando por el suelo.<br /><br />No perdono a la muerte enamorada,<br />no perdono a la vida desatenta,<br />no perdono a la tierra ni a la nada.<br /><br />En mis manos levanto una tormenta<br />de piedras, rayos y hachas estridentes<br />sedienta de catástrofes y hambrienta.<br /><br />Quiero escarbar la tierra con los dientes,<br />quiero apartar la tierra parte a parte<br />a dentelladas secas y calientes.<br /><br />Quiero minar la tierra hasta encontrarte<br />y besarte la noble calavera<br />y desamordazarte y regresarte.<br /><br />Volverás a mi huerto y a mi higuera:<br />por los altos andamios de las flores<br />pajareará tu alma colmenera<br /><br />de angelicales ceras y labores.<br />Volverás al arrullo de las rejas<br />de los enamorados labradores.<br /><br />Alegrarás la sombra de mis cejas,<br />y tu sangre se irá a cada lado<br />disputando tu novia y las abejas.<br /><br />Tu corazón, ya terciopelo ajado,<br />llama a un campo de almendras espumosas<br />mi avariciosa voz de enamorado.<br /><br />A las ladas almas de las rosas<br />del almendro de nata te requiero,<br />que tenemos que hablar de muchas cosas,<br />compañero del alma, compañero.<br /><br /><br /><br />LA BOCA<br /><br /><br />Boca que arrastra mi boca:<br />boca que me has arrastrado:<br />boca que vienes de lejos<br />a iluminarme de rayos.<br />Alba que das a mis noches<br />un resplandor rojo y blanco.<br />Boca poblada de bocas:<br />pájaro lleno de pájaros.<br />Canción que vuelve las alas<br />hacia arriba y hacia abajo.<br />Muerte reducida a besos,<br />a sed de morir despacio,<br />das a la grama sangrante<br />dos fúlgidos aletazos.<br />El labio de arriba el cielo<br />y la tierra el otro labio.<br />Beso que rueda en la sombra:<br />beso que viene rodando<br />desde el primer cementerio<br />hasta los últimos astros.<br />Astro que tiene tu boca<br />enmudecido y cerrado<br />hasta que un roce celeste<br />hace que vibren sus párpados.<br />Beso que va a un porvenir<br />de muchachas y muchachos,<br />que no dejarán desiertos<br />ni las calles ni los campos.<br />¡Cuánta boca enterrada,<br />sin boca, desenterramos!<br />Beso en tu boca por ellos,<br />brindo en tu boca por tantos<br />que cayeron sobre el vino<br />de los amorosos vasos.<br />Hoy son recuerdos, recuerdos,<br />besos distantes y amargos.<br />Hundo en tu boca mi vida,<br />oigo rumores de espacios,<br />y el infinito parece<br />que sobre mí se ha volcado.<br />He de volverte a besar,<br />he de volver, hundo, caigo,<br />mientras descienden los siglos<br />hacia los hondos barrancos<br />como una febril nevada<br />de besos y enamorados.<br />Boca que desenterraste<br />el amanecer más claro<br />con tu lengua. Tres palabras,<br />tres fuegos has heredado:<br />vida, muerte, amor. Ahí quedan<br />escritos sobre tus labios. </div><div align="center"></div><br /><br /><br /><br /><embed src="http://www.youtube.com/v/038o8tRSbrE&hl=" fs="1&" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" height="385" width="480"></embed>las musashttp://www.blogger.com/profile/10420120013341537993noreply@blogger.com5